Sagittarius está destinado a ser uno de los discos más importantes en la carrera de Tokyo Sex Destruction. 10 años después del mítico Le Red Soul Communitté, su primer disco, y casi 4 de The Neighbourhood, los de Vilanova han conseguido por fin aunar la energía desbocada de sus primeros pasos y la madurez conseguida tras años de girar por todo el mundo: Estados Unidos, Francia, Canadá, Alemania, Rusia… dejando a su paso un reguero de zapatos rotos y gargantas al rojo vivo.
Atorrante y sensual, en Sagittarius podemos ver como campan a sus anchas todas las influencias que han hecho de Tokyo Sex Destruction uno de los grupos más importantes de la escena: percusiones latinas, desarrollos psicodélicos, estribillos de soul alucinado, rock and roll escuela MC5 / Stooges y hipismo pandillero. Toda la santísima trinidad del rock 60’s y 70’s hecha disco.
En palabras de Fernando Pardo, quien produjo el disco en los estudios analógicos Black Pepper:
Si he de elegir una palabra que describa la sensación que genera la primera escucha de Saggittarius de TSD es sorpresa. Este es ante todo un disco sorprendente, en el que una banda que parecía encajonada en su estilo y abocada a la eterna repetición, se reinventa con una soltura que descoloca en la primera escucha. Y lo hacen con madurez y buen gusto, conservando gran parte de su esencia original, de su amor por la rudeza y el rugido áspero de sus discos anteriores. Pero esta vez lejos de encasillarse han decidido crecer y madurar con un punto de ambición y de capacidad musical que nos hace tener la sensación que estamos ante unos nuevos Tokyo Sex Destruction.
Con un sorprendente control sobre los matices y las dinámicas, la banda ha sido capaz de crear una obra emocionante, con un concepto global que sobrevuela por cada una de las canciones. Un concepto en el que siguen teniendo cabida la llamada a la revolución y la exaltación de la individualidad, pero esta vez con un enfoque diferente donde lo místico y lo mitológico se entrelazan perfectamente con lo cotidiano. El camino iniciado en su disco anterior, The Neighbourhood, es sublimado en esta ocasión, dando un paso más en su acercamiento a la música de raíz americana, explorando más a fondo el camino que se encuentra entre el Soul de Detroit y el Latin Soul Neoyorkino. TSD.
Saggitarius, más allá de lo musical, representa una terapia de renacimiento ante la crisis personal y de grupo que ha sufrido de banda después de parones y varios cambios de formación. Después de las dudas que genera la travesía entre los veintitantos y los treinta y pocos años cuando decides dedicar tu vida al rockanrol y a la música alternativa, TSD renacen en este disco. Como el Ave Fenix, renacen de sus cenizas con una frescura y seguridad que sorprende y te hace escuchar de nuevo el disco una vez acabado entre sorprendido por lo han conseguido y deseoso de volver a disfrutarlo de nuevo.