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Tercer Sol, el trueno que no cesa

Tras un cambio de formación, con la entrada de María Inglés (Típex, Smmrsl) al bajo, el cuarteto valenciano Tercer Sol vuelve con un nuevo LP, Presentimiento.
Diez canciones que se deslizan entre el noise pop y la psicodelia oscura y que son fieles a las ya clásicas bases rítmicas e hipnóticas de la banda, que a su vez conviven con unas renovadas guitarras. Como novedad, violines chirriantes y ensoñadoras líneas de sintetizador, hacen de este nuevo trabajo un verdadero disfrute.
Hablamos con ellos acerca de su identificable sonido, la importancia de la narrativa y sobre la luminosidad que desprende este nuevo disco.

¿Por qué Presentimiento? ¿Tenéis algún presagio especial, alguna corazonada con este nuevo disco?
Presentimiento es una canción especial dentro del disco, define muy bien el sonido del grupo y hacia donde nos gustaría ir. Además nos gusta lo que sugiere como título para el disco.

No sé si este es el trabajo más fiel a vosotros mismos, porque considero que cada artista refleja en su música ciertas etapas tanto profesionales como personales, ¿pero al menos lo sentís como el más honesto?
Con el paso del tiempo van cambiando tus influencias y obsesiones. En ese sentido siempre nos hemos dejado llevar, intentando tocar cosas que nos gustaran en cada momento y sin planificar mucho.

En vuestro anterior trabajo nos encontramos con una voz de Almirante más comprensible, con ese fraseo suyo tan característico, y en este disco ha pegado un salto directamente a primer plano donde se escucha más definida que nunca. ¿Ha sido un ejercicio de confianza o una evolución natural?
Estos años he ganado mucha confianza con la voz, sobre todo para el directo. En el sonido de la voz en el disco ha tenido mucho que ver Santi García. En los anteriores discos las voces estaban dobladas lo que las hacía más etéreas y distantes. Santi desde el primer momento prefirió grabar una sola voz en primer plano

Hablando de confianza, sé que el papel de Pablo Peiró en vuestro anterior disco fue crucial para que se produjera un cambio sonoro, en aquel momento dejasteis a un lado la bola de ruido y apostasteis por los instrumentos y la voz más clara. ¿Ahora también habéis marcado alguna premisa respecto al sonido u os habéis dejado guiar, en esta ocasión, por Santi García?
Antes de ir a grabar con Santi ya habíamos grabado una demo del disco con todos los arreglos, coros para saber que todo funcionaba antes de meternos en estudio. Eso nos ayudó muchísimo. Una vez allí dejamos que Santi nos aconsejara con el sonido y nos ayudó mucho con algunas dudas que teníamos en algunos temas.

En Lejos presentabais una narrativa con un recorrido intencionado que iba desde la oscuridad hacia el positivismo. El disco lo abrían canciones con tono oscuro que avanzaban hasta alcanzar cierta luminosidad. Aquí es completamente al revés, la primera parte del disco es muy noise pop bastante fluido y va avanzando hacia una segunda mitad hipnótica y en donde afloran las capas de sonido que le dan ya cierta densidad al disco. ¿Os seguís sintiendo cómodos en esa dualidad?
Esa dualidad es en realidad la esencia del grupo, nos sale natural. Esta vez proponemos el viaje inverso, el disco empieza con las canciones más accesibles para poco a poco ir adentrándose en terrenos más truculentos.

También sorprenden elementos que eran inéditos hasta ahora, y que cobran especial importancia en este nuevo sonido que presentáis, como el violín, que está presente en tres temas, o las segundas voces y coros. Contadnos cómo es en vuestro caso, el proceso de añadir un instrumento de cuerda a una propuesta como la de Tercer Sol.
Siempre habíamos querido introducir el violín en alguna canción. A todos nos gustan mucho las texturas que aporta la viola en la Velvet, así es que era cuestión de tiempo, ya que Miguel sabe tocar el violín. Un día se lo trajo al local de ensayo y lo incorporamos enseguida porque cuadraba y nos parecía que mejoraba las canciones que estábamos trabajando. Los coros nos gustan mucho porque funcionan como colchones, más o menos como los teclados, y también como apoyo a la voz principal. Y los incorporamos de la misma manera, probamos y nos gustó cómo quedaban.

Por supuesto que no seré yo quien os quite el sello, que no etiqueta, de sonido psicodélico o neopsicodélico, que tanto influenció al groso de la escena post-punk, pero desde luego que es evidente que dentro de toda esa mezcla de influjos que tenéis, aquí habéis tomado un camino más luminoso. Para mi es sin duda vuestro disco más resplandeciente. Os veo más cerca del Definitely Maybe de Oasis que del Psychocandy de The Jesus and Mary Chain. ¿Es un reflejo de vuestro estado anímico o es algo puramente puntual?
¡Me has pillado!. En su época era del equipo Blur, jajaja, pero los dos últimos años he escuchado en vena los dos primeros discos de Oasis. Mira me los voy a poner otra vez.

Hay otro punto que creo que dice mucho de vosotros y es el cierre de los discos. En Lejos cerrabais con “Hazme volar”, que es un tema de más de siete minutos, con muchos toques de la Velvet, y en definitiva una canción muy liberadora. Y ahora, cerráis el disco con “La Niebla”, que no es la canción más extensa, pero al menos para mi, sí la más liberada. Como que después de nueve temas que aguantan cierta tensión, ¡pam! todo fluye, incluso explota. ¿Qué significa este tema para vosotros?
A mí me encantan los desarrollos más relajados y ambientales. La Niebla es una canción que saqué hace bastante tiempo pero tenía aparcada, cuando grabamos la maqueta la grabé también y vimos que quedaba muy bien como final para el disco. Después de las subidas y bajadas de intensidad del disco llega La Niebla para liberar.

Si seguimos en el camino meramente musical, quería incidir en algunos aspectos como las letras y su interpretación. En el primer caso, sé que en este disco han vuelto a ser obra de Almirante, a excepción de las letras de dos temas que son de María. ¿Creéis que esta prosa también tiene cierto toque positivista o es el contrapunto a ese sonido más luminoso con historias que siguen siendo algo nostálgicas?
Eso para mí ha sido crucial para el disco. En los anteriores hacía yo las letras pero en este María ha hecho las de “Presentimiento” y “En El Valle de Piedra” y ha sido muy liberador, además aporta otro tono al disco. A mí son las dos que más me gusta cantar en directo.

Por otro lado, en la pregunta anterior hablaba de “interpretación” en las letras, pero no me refiero al proceso de cómo la recibe el oyente, sino de cómo se transmiten. Es decir, de cómo y de qué manera Almirante canta aquello que es importante para él. En general el disco tiene grandes momentos en este sentido, pero sobre todo en “Canción para decir adiós”, siento una esencia súper dylaniana en el fraseo. ¿Qué peso tiene, en este caso para Almi, el sonido de los versos?
Para mí el sonido y la intención de los versos es crucial. Alargar o acortar una sílaba puede hacer que la intención de la frase cambie completamente y en realidad esa actitud o intención cantando es definitiva a la hora de conectar con la gente. Y, sí, eso Dylan lo hacía muy bien!

¿Creéis que es fácil conectar con vuestras letras u os parece interesante que haya cierto hermetismo en ellas para generar ese halo un poco misterioso?
En este disco las letras son un poco menos herméticas que en los otros aunque sí reconozco cierto hermetismo en el sentido en que no son letras con una narrativa muy clara o un mensaje muy meditado. En general, todo en Tercer Sol sale un poco a su aire, jejeje… En resumen, al tratar de combinar lo que dices con cómo lo cantas, puede que tengas que dar más cancha a la musicalidad, al ritmo o incluso a la prosodia que a la inteligibilidad de la letra. Es un poco lo mismo que mencionábamos en la anterior pregunta, lo que está fuera del sentido literal de las palabras es muchas veces lo que te lleva a conectar con la gente.

Antes hablábamos del ritmo narrativo y del sonido de Tercer Sol y sé que cuidáis mucho estos dos aspectos, pero no solo protegéis lo puramente musical, sino que el diseño también es importante para vosotros. Aquí también ha habido un cambio muy notable, empezando por esa portada llena de color e incluso de diversión. Contadnos, ¿qué historia hay detrás de esta serpiente de tres cabezas y cómo llegasteis hasta ella?
La imagen de la portada la hizo Joel González Salgado porque nos gustaron mucho algunas cosas suyas que vimos, le preguntamos y él aceptó, o sea que fue todo como la seda. Nos llamaba mucho la atención su estilo precisamente porque se alejaba bastante de nuestros diseños anteriores pero en mucha de su obra se percibe una cierta extrañeza, una oscuridad detrás de todo ese color, pero es una oscuridad que no se esconde, sino que se revela de manera extraña, inquietante. De nuevo aparece esa dualidad que desde luego nos ayudó a conectar con lo que hace de forma muy inmediata. Le propusimos que hiciese lo que le diese la gana y, la verdad, estamos contentísimos.
Cuando ya tuvimos la imagen, Beatriz Lobo se encargó del diseño de portada del disco y de la hoja interior. Nos pareció que hizo magia con todo lo que dimos para componerla.

Para acabar hablemos del directo, ¿ya estáis pensando en cómo vais a trasladar esta nueva propuesta encima de un escenario?
En los últimos conciertos que hemos dado ya hemos tocado muchas canciones del disco y estamos muy contentos con los nuevos elementos como el violín o los coros, no sé cómo hemos podido vivir sin ellos, jejeje. También nos gustan mucho las luces, estrobos, etc, antes de los conciertos de presentación nos encerraremos a preparar el set.

Tercer Sol: @tercer_sol
Fotografía: Laura Armado @_lauraamado
Entrevista: Irene Herreras @irene_herreras

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