Time’s Arrow

Description

Prurient / Time’s Arrow / vinilo / noise

“Time’s Arrow” es una frase encantadora para describir la aparente progresión unidireccional del tiempo, la sensación de que ha estado viajando perpetuamente hacia adelante desde el Big Bang hasta el punto final del universo. También es el descarado título del nuevo Prurient EP de Dominick Fernow, que a su vez retumba inexorablemente y, a veces, insoportablemente hacia adelante hasta que alcanza un Big Crunch que suena tan apocalíptico como el prometido por algunos físicos. Las cinco pistas aquí parecen estar desperdiciando lentamente los adornos de la música en sí misma, toda la armadura del pop oscuro que Fernow ha injertado en el antiguo sonido de chillido de dolor de Prurient en los últimos años, hasta que todo lo que queda es un ruido temible y sin forma .

En Time’s Arrow, las comodidades del ritmo familiar y la melodía se eliminan, pista por pista, para revelar la masa sonora y primitiva de sonido desde la que fueron moldeadas. Con un ritmo programado que recuerda a Big Black en sus más desanimados y aún más amargos sintetizadores que demuestran que John Carpenter es la mayor influencia en el final más oscuro de la música electrónica en el siglo XXI, la canción del título se despega de lo espeluznante y brillante álbum de Prudient Bermuda Drain de comienzos de 2011. Es un posible candidato para la improvisación del año para todos los ex góticos, obsesivos industriales primerizos y coleccionistas de bandas sonoras de las oscuras películas de terror de los años 80. Pero el resto del EP parece que fue hecho por un lunático de una de esas oscuras películas de terror de los 80, como si ese desquiciado matador se hubiera escapado al mundo real y se le hubiera pedido que grabara algunas canciones para una etiqueta de casete. Y puedes imaginar el tipo de emociones que un hombre tan alegre querría expresar a través del sonido.

Así que el ritmo se convierte en un estruendo casi arrítmico en “Let’s Make a Slave”. Las melodías del teclado se convierten en gritos de distorsión que tapan tus oídos, como si alguien estuviera clavando un cuchillo en un amplificador. Siguiendo la melancólica pero casi pegajosa “Time’s Arrow”, la canción más convencional de Fernow, el orden parece romperse a lo largo del resto del EP. “Slavery In The Bahamas” se reproduce como un collage de cinta de los más feos sonidos que ofrece el mundo postindustrial: el chirriar de líneas eléctricas caídas, los gemidos incorpóreos de la información que se filtra a través de un módem, los edificios y la maquinaria siendo aplastados a nada, como si todo el espectáculo llegara a un final rápido y brutal. (Pitchfork)