Description
Her Little Donkey / Where’s the Glow? / Vinilo. Todos los grupos creen tener una gran historia detrás. Craso error. Reconozcamos de una vez por todas que la mayoría
de veces lo que pasa en sus carreras es realmente poco emocionante. Existen algunos que tienen algo que contar,
cierto. Pero los Richey James vagando por el mundo mientras los busca absolutamente-todo-el-mundo son más bien
escasos. Y aquí viene mi primer consejo: si quieren historias de las de verdad, grupos de los de verdad, bandas en lo
que lo primero es el abrazo, la mirada con guiño, el chiste en el ensayo y el pasar todo lo jodido que se te ocurra para
luego seguir de pie, sonriendo y haciendo POP mayúsculo, deberían prestar atención a esto, Her Little Donkey podrían pasar a la historia como el grupo más inquebrantable que ha habido en Barcelona. Créanme, esta banda no se rompe ni con un puñetazo de
Thanos adueñado de las gemas del infinito.
Quizá no conozcáis lo que son los dientes de lapa, un material tan duro que los diamantes a su lado parecen motas de polvo. Pues Her Little Donkey tienen la cara y el corazón muchísimo más sólidos. Las penurias les han hecho resistentes a todo, pero sobretodo les ha convertido en hermanos, como aquella compañía Easy pasándolas canutas bajo la nieve de las Ardenas. Así que, esto que escucharemos ahora es un celebración. Jarana por seguir de pie, por la amistad y principal motivo por el que estamos aquí, por la canción. Por segunda vez, pues esta es su segunda referencia, los cuatro miembros de Her Little Donkey se encontraban ante una dicotomía de difícil solución: la de tener que mirar hacia un lado o hacia el otro. Y seamos francos, las apuestas se decantaban claramente a la sombra y la oscuridad. Pero qué va. Como Carol Anne han ido hacía la luz, cogiendo impulso para buscar las cosas buenas que tiene la vida y aprendiendo las lecciones que uno saca de los momentos jodidos.
Where’s the Glow es un elepé de optimismo real, de estar vivo y, lo mejor de todo, de estarlo con tus colegas haciendo música. No se confundan, esto no va de coaching barato de teletienda, esto va de no quedarse en casa cuando sería lo más fácil (y posiblemente lo más recomendable). Esto va, en definitiva, de salir a tocar sonidos maravillosos con gente a quien amas. No hay nada más emocionante que cuando la clase obrera se pone elegante. De Kevin Rowland a Paul Heaton, de Paul Weller a Pauline Black. En Where’s the Glow, Her Little Donkey han sacado su traje de los domingos, han visitado la mejor sastrería y salen a la calle con su disco más refinado. Aviso para navegantes: esto suena a los años 80, a los mejores años 80, los de Prefab Sprout, Talkings Heads e incluso, Orange Juice. Her Little Donkey combaten el grisáceo de la ciudad con canciones púrpuras, explosiones de chorus y melodías infecciosas.
Pasemos a degustar el menú. No Devotion es una pieza gourmet y, por ello, primer single. La canción tiene uno de los estribillos más pegadizos de toda su carrera y nos enseña a un Patrick Fitzpatrick en apogeo lírico: ¿Cómo pensabas que sería y como ha sido? Es tu problema, colega. Repasando algunas de las primeras pistas, Where’s the Glow es un disco que baila y colorea, lleno de luz y referencias exquisitas. En Tenacious Girls saben conectar el synth pop con el
indie de bailoteo, moviéndose entre los seminales Depeche Mode y los Phoenix sin despeinarse. Big Mess, es un tema muy optimista y extremadamente pop, con ecos a Saint Etienne y Cindy Lauper. ¿Sigo? Sparkles está llena de preguntas sin respuestas y, ahora sí, un dolor que lleva a una conclusión alucinante: el pop es el mejor paliativo del planeta.
Soñadores, melómanos y llenos de contrastes, Her Little Donkey siguen siendo un grupo de alma dream-pop, pero que ha subido un peldaño en riqueza. Punteos playeros, melodías a lo Beach Boys pasados de reverb y hasta samplers que van de la Tamla a los grupos de punk de chicas de los ochenta. No le mentiré, también hay pizcas de melancolía en este elepé. De apuntar al capullo de turno (Superheroes, la canción más indie rock de todo el disco) y de denuncia rabiosa (Demons). Pero sobretodo es un disco de reivindicación, del que pase lo que pase hay que premiar a las buenas personas. Y ellos lo son. Buenos, como este disco. Aquí va, para terminar, mi segundo consejo: compren este álbum, háganse ese favor.(Jordi Garrigós)
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