Y llegamos al final de esta serie sobre Punk y Maternidad con esta tercera parte, donde preguntamos a unas últimas sacrificadas madres del underground como se las apañan con todo sin desfallecer. A partir de aquí, se terminó. Se acabaron los artículos/encuestas sobre cómo afecta a la gente implicada en subculturas el hecho de crear un nuevo organismo descendiente a partir de la combinación de material genético de dos organismos de una misma especie, lo que, si os fijáis, vendría a ser el máximo epítome del hágalo-usted-mismo.
Supongo que los que son progenitores se habrán sentido identificados con muchas de las vivencias que se han contado en estos artículos y se habrán sentido más acompañados en sus vicisitudes. Y los que no lo son, pues, o les habrán entrado unas ganas de procrear terribles, o habrán ido corriendo a hacerse una operación de esterilización express. Por mi parte, me está bien cualquiera de las dos opciones, mientras no tenga yo que hacer nada. Y ahora, como no tengo nada más que decir, dejaré que sean ellas las que hablen. Muy fan de todas estas mujeres y hombres.
Ah, y para acabar, tengan cuidado ahí fuera.
[Podéis leer la primera parte del artículo aquí y aquí la segunda].
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Laia Aubia (DocsBarcelona, Aias)
¿Cuantos años tienes actualmente?
35.
¿Qué edad tenías cuando tuviste a tus hijos?
Marçal nació media hora antes de cumplir los 32 y Bruna cuando tenía 33. Muy loco.
¿Te imaginabas así lo de tener hijos o tenías una idea diferente de lo que iba a ser?
La verdad es que no me había imaginado nada en concreto. El tema es que los embarazos se me ponen tan mal (la alineación hormonal es desastrosa, me convierto en un ser gris y triste) que cuando llegó el momento de parir, tenía tantas ganas, que todo lo que vino a continuación mejoró la situación de los anteriores nueve meses. Con Marçal estuvimos instalados 12 meses en una especie de burbuja maravillosa en la que nos dimos cuenta de nuestra condición de mamíferos y nos encantó. Tan maravillosa era la burbuja que se nos fue la olla con Bruna. Y aquí si que cualquier idea de maternidad armoniosa se fue al garete. Marçal tenía un año y nueve meses cuando Bruna nació y me necesitaba al 100%. Ahora que hemos superado los dos años de la pequeña, parece que empezamos a recuperar el equilibrio y, sobretodo, que lo habíamos perdido a niveles alarmantes, el sentido del humor. ¡Por fin nos reímos otra vez!
Todo puede cambiar en un segundo y de golpe todos lloran y va todo mal. La canción de Vàlius es mi himno: “Una dia va bé, un dia va bé. Un dia va bé i de cop tot malament”
¿En qué dirías que más ha cambiado tu vida en general desde que eres madre?
Superada la fase de locura logística, creo que me he convertido en un ser mucho más práctico, sobretodo en la parte profesional. No me agobio por cosas en las que antes me encallaba. También he aprendido que la clave de todo está en no generar NUNCA grandes expectativas hacia momentos con tus hijos que crees que van a ser la revelación absoluta de la felicidad. Nunca. Porque todo puede cambiar en un segundo y de golpe todos lloran y va todo mal. La canción de Vàlius es mi himno: “Una dia va bé, un dia va bé. Un dia va bé i de cop tot malament”.
¿Cuáles dirías que son los pros y los contras de ser madre?
Uf, nunca hago listas de este tipo. Pero si tengo que elegir un pro, elijo la revelación de que todos estamos pre-programados sin saberlo para cuidar a los otros. Es una sensación brutal. Como contra, elijo la sensación vertiginosa de que, con tu pareja, te conviertes en un equipo de trabajo super efectivo donde el contacto físico se reduce a choques accidentales cuando corres porque uno de tus retoños acaba de cagarse encima. El vértigo se produce cuando te preguntas si una vez superado este huracán, va a quedar algo de nosotros.
Marçal y Bruna son dos seres pequeños muy locos y con grandes capacidades para desaparecer mentalmente unos segundos e irse a un mundo interior en el que nunca accederé gracias a eso, así que sólo me puedo reír cuando estoy con tres personas en la mesa viajando a planetas muy lejanos.
¿Cómo ves el papel de los padres de hoy en día? ¿Alguna queja? (Permítete rajar aquí del cónyuge sin que la cosa llegue a divorcio. En caso de parejas del mismo sexo biológico, lo mismo)
No voy a generalizar sobre padres y madres. Lo odio mucho. Mi única queja totalmente circunscrita a nuestra relación como padres se refiere a la velocidad de pensamiento. Creo que pienso mucho más rápido y muchas más cosas que Marc en lo que a las obligaciones/planificaciones/organizaciones familiares se refiere, es decir en el plano terrenal. Y esto a veces resulta agotador y frustrante, porque no puedes dejar de hacerlo aunque quieras. Pero ahora que lo pienso, esta capacidad suya para vivir más despreocupadamente y alegremente es lo que me hizo enamorarme de él, así que en realidad no sé si es queja. Marçal y Bruna son dos seres pequeños muy locos y con grandes capacidades para desaparecer mentalmente unos segundos e irse a un mundo interior en el que nunca accederé gracias a eso, así que sólo me puedo reír cuando estoy con tres personas en la mesa viajando a planetas muy lejanos.
(Pregunté esto también a los padres pero creo que en el caso de las mujeres tiene mucho más sentido) ¿Notaste algún tipo de presión por parte de la sociedad para que tuvieras hijos o fue una decisión totalmente libre? ¿Qué piensas de la idea de que las mujeres deberían ser madres para realizarse plenamente? ¿Estás al tanto de la polémica desatada por el libro de Orna Donath Madres arrepentidas? ¿Qué opinas?
Nunca noté ninguna presión. La cosa surgió de la manera más espontánea y sincronizada cuando en teoría llevábamos poco tiempo y era una decisión de de kamikazes. Pero los dos lo tuvimos súper claro. Quien piense que ser madre o padre es la oportunidad de una realización plena, creo que se va a llevar el chasco de su vida. No me he leído el libro ni sé mucho nada sobre él, pero puedo entender la sensación pues si partes de esta idea, todo va a ser una decepción constante. Ser madre y padre (porque no puedo separar una cosa de la otra) es algo que te tiene que apetecer de una manera muy irracional e instintiva. Si tienes demasiados argumentos a favor o en contra, mal. Es un acto tan inconsciente que creo que sólo se puede sobrevivir con alegría, diversión y generosidad, si la persona que tienes a tu lado compartiendo la locura, es igual de inconsciente que tu.
Ser madre y padre es algo que te tiene que apetecer de una manera muy irracional e instintiva. Si tienes demasiados argumentos a favor o en contra, mal. Es un acto tan inconsciente que creo que sólo se puede sobrevivir con alegría, diversión y generosidad.
¿Cómo ha afectado el hecho de tener descendencia a tu relación con el mundo cultural/musical (tanto como creadora como consumidora)? ¿Ha afectado a tu producción creativa? ¿A la cantidad de música que escuchas? ¿Al número de libros que lees? ¿A las películas que ves?
En lo que a Aias se refiere, han sido dos etapas distintas y separadas. Cuando acabó Aias, empezó la maternidad. Una cosa vino después de la otra, sin ningún tipo de relación (no dejamos Aias para ser madres). En lo que sí ha influido de lleno, y es algo que creo que tengo que solucionar urgentemente, es en mi relación histórica con el mundo musical como público y amiga de mis amigos músicos. Los echo de menos. Os echo de menos amigos que estáis leyendo esto, veros tocar o ver tocar a otros con vosotros/as a mi lado. Hecho de menos ir a conciertos semana sí, semana no, y meterme dentro de la música con todo el cuerpo. Y ser muy feliz. Ahora, cuando voy un día cada trimestre (si llega) a un concierto (porque me mola ir con Marc y los dos a la vez de momento no podemos desaparecer tan a menudo como nos gustaría) me he dado cuenta de que eso era dosis de alegría para toda la semana y de que era una parte muy importante de mí, y ahora tengo que hacer durar el efecto durante meses y buscar otras maneras de acordarme de quién soy a parte de ser madre.
Y lo mismo con la lectura. Desde que me quedé embarazada paso largas travesías por el desierto. Pero el otro día me encontré leyendo en el sofá un domingo por la tarde, con los otros miembros de la familia a su rollo, y vi la luz.
En la parte audiovisual, la que hace referencia a mi curro en el DocsBarcelona, el efecto ha sido contrario. Vivo en un momento de único en mi vida en el que mi oficio me produce alegría, orgullo y tranquilidad. Y antes de tener hijos, vivía el trabajo como una esclavitud que me impedía disfrutar de él.
Vivo en un momento de único en mi vida en el que mi oficio me produce alegría, orgullo y tranquilidad. Y antes de tener hijos, vivía el trabajo como una esclavitud que me impedía disfrutar de él.
¿Has notado algún cambio al respecto de la relación que tienes con la gente que no tiene hijos, especialmente en el ambiente cultural en el que te mueves?
El cambio no está en los otros, sino en mí y en mi capacidad de socialización. M’he rovellat, que diría en catalán. Odio hablar de cosas de m/padres, pero por otro lado me cuesta seguir las conversaciones de los otros sobre otros temas, que le vamos a hacer. Soy consciente de que no soy una compañera de diálogo muy agradable, porque cada dos por tres interrumpo el diálogo para evitar que Marçal o Bruna se abran la cabeza. Pero prometo que voy a cambiar. Ser madre tan seguido ha afectado a mi capacidad neuronal en momentos de ocio. Si a esto le sumas el otro gran daño colateral de la maternidad (al menos en la fase inicial), que es la imposibilidad de improvisación y que quedar para hacer el vermut en una bodega de 15 m2 llena de gente a las 13.30h no es el mejor plan para dos niños de 2 y 4 años, pues está claro que la relación cambia, sí. ¡Pero volveremos! Tarde o temprano volveremos.
¿Compartes de alguna manera con tus retoños tu pasión hacia la música/la cultura?
No tanto como quisiera. Aquí hemos fallado como padres modernos. Aunque a veces cantamos y bailamos en el comedor de casa, incluso nos hemos atrevido a ir a algunos festivales en horario de tarde con hijos, lanzo un grito de ayuda a los padres ejemplares para que me digan los trucos o estrategias de resistencia musical para que tus hijos quieran escuchar The Evens, Vivian Girls o Built to Spill en el coche (lo que evidencia que mis referentes han quedado ya un poco antiguos y, por lo tanto, complementa la respuesta a la pregunta 7 relativa a cómo ha afectado tener hijos a la cantidad de música que escuchas, ejem). Eso sí, Marçal acaba de estrenar una batería de Super Wings que le han traído los Reyes Magos.
Nunca recomendaría algo como lo maternidad a nadie, creativo o no. Que cada una decida lo que quiera y le apetezca, eso si, que siempre se deje guiar por el amor.
¿Han variado tus planes de futuro desde que tienes hijos/as? Me refiero tanto a la vida en general como en relación a tus pasiones y a tu producción creativa. ¿Recomendarías a la gente creativa que tuviera hijos/as? ¿Por qué?
Nunca había pensado mucho en el futuro y tampoco me había considerado una persona muy creativa. A lo mejor ser madre ha hecho que empiece a hacer planes de futuro y que valore mis pequeños picos de creatividad pasados y presentes, y esto no está mal hacerlo de vez en cuando. Nunca recomendaría algo como lo maternidad a nadie, creativo o no. Que cada una decida lo que quiera y le apetezca, eso si, que siempre se deje guiar por el amor.
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Elisenda Daura (batería de Las Dolores en el pasado y de Fred i Son en el presente)
¿Cuantos años tienes actualmente?
38.
¿Qué edad tenías cuando tuviste a tus hijos?
33.
¿Te imaginabas así lo de tener hijos o tenías una idea diferente de lo que iba a ser?
Me lo imaginaba así, pero con algunos matices que tienen más que ver conmigo que con mis hijos o con el cambio de vida que han supuesto, en el sentido de que me veía ejerciendo como una madre ideal que haría esto y aquello y lo de más allá, y después he resultado ser una madre totalmente del montón. A veces me fijo en el buen hacer de otras madres increíbles que me encuentro por ahí y me hago el propósito de año nuevo de ser una madre brutal.
Ha cambiado mi relación con EL MIEDO. El miedo a que algo perturbe mi oasis de felicidad, que es representado muchas veces por el miedo a la enfermedad y a la muerte. Antes de ser madre no tenía esos miedos y nunca pensaba en estas cosas.
¿En qué dirías que más ha cambiado tu vida en general desde que eres madre?
En el asunto del tiempo libre, claro. Ya no soy solo yo y mi pequeño nanomundo que gira a mi alrededor, y que si entro y luego salgo e improviso. Ahora somos una familia y hay que pensar en organizar las necesidades de cuatro personas que quieren ser felices juntas. Pero también he notado mucho que ha cambiado mi relación con EL MIEDO. El miedo a que algo perturbe mi oasis de felicidad, que es representado muchas veces por el miedo a la enfermedad y a la muerte. Antes de ser madre no tenía esos miedos y nunca pensaba en estas cosas. Ahora me aterra dejar a dos críos huérfanos de madre y a mi marido viudo. Ni que contar el desquicie que me supone imaginar que me dejan ellos a mí. Es un miedo paralizante.
¿Cuáles dirías que son los pros y los contras de ser madre?
Tener hijos y estar así de enamorado de alguien es una pasada. Verlos crecer y desarrollar su personalidad, hablar con ellos y ver el mundo a través de su punto de vista, tan nuevo y original. Con mi marido ya sentía que tenía una familia, pero ellos nos dieron otro matiz, como una especie de potencia familiar supergustosa. Pero, por el contrario, hay épocas en las que se pasa mal, porque los hijos son amor loco, a la vez que el gran peso de la responsabilidad y te puede tocar un bebé difícil que no coma ni duerma o que no tenga buena salud, o unos adolescentes que te hagan sufrir un auténtico infierno.
Mi marido y yo somos un equipo y, según la época y el nivel de trabajo que tiene cada uno, se reparte el cuidado de los niños y las cuestiones domésticas. Lo difícil viene cuando los dos estamos superliados a la vez, pero hemos pasado épocas de todo.
¿Cómo ves el papel de los padres de hoy en día? ¿Alguna queja? (Permítete rajar aquí del cónyuge sin que la cosa llegue a divorcio. En caso de parejas del mismo sexo biológico, lo mismo).
Mi marido y yo somos un equipo y, según la época y el nivel de trabajo que tiene cada uno, se reparte el cuidado de los niños y las cuestiones domésticas. Lo difícil viene cuando los dos estamos superliados a la vez, pero hemos pasado épocas de todo. Recuerdo cuando los gemelos tenían nueve meses, que empecé en un nuevo trabajo con bastante responsabilidad y que me absorbía demasiado, y él estuvo medio año ejerciendo como de padre-madre. Eso no significa que no discutamos por una lavadora, pero también lo hacíamos cuando la ropa a lavar era de dos y no de cuatro.
(Pregunté esto también a los padres pero creo que en el caso de las mujeres tiene mucho más sentido) ¿Notaste algún tipo de presión por parte de la sociedad para que tuvieras hijos o fue una decisión totalmente libre? ¿Qué piensas de la idea de que las mujeres deberían ser madres para realizarse plenamente? ¿Estás al tanto de la polémica desatada por el libro de Orna Donath Madres arrepentidas? ¿Qué opinas?
La sociedad no me presionó y mi decisión fue totalmente libre, pero sí es cierto que algunas veces me encontré con gente que te hace preguntas íntimas del tipo “¿ya estás buscando?” (¡Aaaaarrrggg!) ¡Y a ti qué coño te importa, hómbreya! Lo de relacionar la maternidad con la realización plena de las mujeres no lo quiero comentar por trasnochado. Pero hay que pensar que las generalizaciones en el sentido contrario también son una mierda y nos pueden hacer sentir mal en algún momento, como pensar que las mujeres deberíamos ser creativas para realizarnos plenamente. Todas somos distintas y (aunque no estoy al tanto del libro de Orna Donath) pienso que seguramente por eso hay madres arrepentidas, igual que hay profesores arrepentidos o amigos arrepentidos de haberlo sido. Las personas tienen eso; pueden fracasar incluso en las relaciones más incondicionales y en los compromisos más íntimos con los demás.
Las personas tienen eso; pueden fracasar incluso en las relaciones más incondicionales y en los compromisos más íntimos con los demás.
¿Cómo ha afectado el hecho de tener descendencia a tu relación con el mundo cultural/musical (tanto como creadora como consumidora)? ¿Ha afectado a tu producción creativa? ¿A la cantidad de música que escuchas? ¿Al número de libros que lees? ¿A las películas que ves?
Tener descendencia en mi caso, ha hecho disminuir todo lo que enumeras, pero también pienso que eso es porque mis hijos son pequeños y que voy a recuperar porcentajes a medida que vayan creciendo. Seguramente tampoco me ha importado tanto que fuera así; me imagino que si fuera vital para mí, me habría organizado para notarlo menos. Hay gente que lo consigue.
¿Has notado algún cambio al respecto de la relación que tienes con la gente que no tiene hijos, especialmente en el ambiente cultural en el que te mueves?
Nos vemos muuuuucho menos y por eso la relación se enfría un poco con aquellos que no formaban parte de mi círculo íntimo. Son cosas que pasan incluso sin tener hijos. Cambias de trabajo y conoces gente nueva con la que compartes tu día a día. Las relaciones sociales son así; la gente entra y sale de tu vida o se queda en el banquillo, tengas hijos o no.
Para que se fijen en según qué música tengo que bailar con ellos o les va a pasar bastante desapercibida (el baile loco nunca falla para que estén atentos a lo que suena, pero ellos siempre piden más y tu terminas con flato)
¿Compartes de alguna manera con tus retoños tu pasión hacia la música/la cultura?
¡Claro! Para que se fijen en según qué música tengo que bailar con ellos o les va a pasar bastante desapercibida (el baile loco nunca falla para que estén atentos a lo que suena, pero ellos siempre piden más y tu terminas con flato). Y por lo que respecta a los libros y el cine debo decir que estoy feliz de poder revisar mis clásicos con ellos. Antes yo creía que no se podía releer o ver las pelis de tu infancia con la misma emoción de la primera vez, pero hacerlo ahora con ellos me hace revivir esa emoción. Es su mirada nueva, que se me pega y me hace volver a la sorpresa.
¿Han variado tus planes de futuro desde que tienes hijos/as? Me refiero tanto a la vida en general como en relación a tus pasiones y a tu producción creativa.
Era precisamente tener una familia lo que estaba en mis planes de futuro. Lo demás lo voy variando a sentimiento.
¿Recomendarías a la gente creativa que tuviera hijos/as? ¿Por qué?
Claro que sí, no pasará nada. Pon hijos en tu vida; es la mejor manera de sentirte padre. Si no quieres tener hijos, pon algún niño en tu vida: puedes ejercer de tío con más ganas de las que le estás poniendo últimamente o pedirle a un amigo que te haga padrino del suyo. Si nada de eso va contigo, simplemente te recomendaría que te asegures una familia (tu perro y tú, tu pareja y tú, tu compañero de piso desde hace 20 años y tú… lo que sea). Es una cuestión de amor, de convivencia y de envejecer con otros puntos de vista a tu alrededor.
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Carolina del Olmo (autora de Donde está mi tribu, editora en el Círculo de Bellas Artes, parte de Ladinamo mientras duró).
¿Cuantos años tienes actualmente?
42.
¿Qué edad tenías cuando tuviste a tus hijos?
35, 38 y 41.
¿Te imaginabas así lo de tener hijos o tenías una idea diferente de lo que iba a ser?
La verdad es que no tengo ni las más remota idea de lo que me imaginaba entonces. No sé si la falta de sueño me ha hecho agujeros en la memoria o qué. Si acaso, creo que me ha resultado aún más exigente en tiempo, energías, capacidades, etc., de lo que me imaginaba. Y también me ha resultado aún más enriquecedor, gratificante, etc., de lo que me imaginaba (una de cal y otra de arena, vaya).
¿En qué dirías que más ha cambiado tu vida en general desde que eres madre?
En la desaparición de casi todo lo que antes de ser madre consideraba ocio (los bares, el alcohol y otras sustancias, la escalada, las cenas en restaurantes, los viajes, los libros y muchos de mis amigos) y en la aparición de OTRO MUNDO con otras cosas y otras personas.
Los pros: ese OTRO MUNDO que ha aparecido me gusta mucho (vamos, hasta el extremo de animarme a repetir y repetir y eso no que no había empezado muy joven).
¿Cuáles dirías que son los pros y los contras de ser madre?
Los pros: ese OTRO MUNDO que ha aparecido me gusta mucho (vamos, hasta el extremo de animarme a repetir y repetir y eso no que no había empezado muy joven). Mis hijos me dan mucha alegría, me enseñan cosas que ni me imagino cómo podría haber aprendido si no los hubiera tenido, me han llevado a trabajar menos y a que mis “talentos” sean menos aprovechables o explotable para el mundo laboral, y me han hecho relativizar (o mandar directamente al guano) algunas preocupaciones vitales menores que, a pesar de ser consciente de que eran menores, me fastidiaban a menudo. Los contras: el cansancio general, la falta de sueño, la ausencia de ratos vacíos de esos de aburrirse felizmente, la desaparición del silencio y la pereza de las mañanas de sábados y domingos, que el único horario en el que puede haber sexo sea por la noche cuando, casi siempre estoy molida, un cierto miedo difuso pero constante a morirme o a que se mueran ellos o su padre.
¿Cómo ves el papel de los padres de hoy en día? ¿Alguna queja? (Permítete rajar aquí del cónyuge sin que la cosa llegue a divorcio. En caso de parejas del mismo sexo biológico, lo mismo)
El de los padres en general no lo sé muy bien: creo que está habiendo una transformación evidente y muy positiva de padres que no quieren pasar por la paternidad como actores secundarios. Lo que no sé es qué alcance real tiene esa transformación ni cómo de hondo llega en cada uno de esos padres transformados. En el caso del que a mí me atañe, no tengo queja. Si acaso, las mismas que tengo sobre mí misma: podíamos los dos ser un poco más pacientes, por ejemplo. Bueno, confieso que al principio, cuando nació nuestro primer hijo, llegué a quejarme de que se pasaba el día cocinando y limpiando en vez de sentarse en el sofá a cogerme la manita y mirar conmigo embobado al bebé (ahora el pobre se sigue pasando el día limpiando y cocinando, pero ya no me quejo).
No noté esa presión, digamos, patriarcal que muchas mujeres denuncian. Más bien al contrario: noté esa otra de “estudia, trabaja, consume, disfruta y no te metas en líos de pañales que no traen nada bueno”
(Pregunté esto también a los padres pero creo que en el caso de las mujeres tiene mucho más sentido) ¿Notaste algún tipo de presión por parte de la sociedad para que tuvieras hijos o fue una decisión totalmente libre? ¿Qué piensas de la idea de que las mujeres deberían ser madres para realizarse plenamente? ¿Estás al tanto de la polémica desatada por el libro de Orna Donath Madres arrepentidas? ¿Qué opinas?
Hombre, decisiones totalmente libres no creo yo que haya muchas en el mundo y menos en mí, que soy muy dubitativa y bastante… influenciable. Aun así, no noté esa presión, digamos, patriarcal que muchas mujeres denuncian. Más bien al contrario: noté esa otra de “estudia, trabaja, consume, disfruta y no te metas en líos de pañales que no traen nada bueno”. La idea de que las mujeres deban ser madres para realizarse me parece una jilipollez odiosa y machista, claro, pero quizá en una versión distinta podría compartirla. Algo así: tanto las mujeres como los hombres deberían en alguna fase de sus vidas cuidar de seres vulnerables para realizarse plenamente. No estoy totalmente segura de que esta versión sea cierta, pero me inclino a pensar que sí. De la polémica del libro de Orna Donath estoy al tanto, pero poco y no he leído el libro. Aun así, me atrevo a opinar algo: me gustó bastante este artículo. Al no haber leído el libro no puedo saber si atina o no en su crítica, pero me gusta la idea de que, en realidad y a ratos, todas las madres (de ambos géneros) somos madres arrepentidas: que ser madre arrepentida es un grado o una escala en la que estamos más arriba o más abajo, vaya, y no una cosa que se es o no se es. Y hablar de ese arrepentimiento como excepción, aunque sea con la idea de intentar visibilizarlo y normalizarlo, de algún modo contribuye a reforzar la contra-imagen de la madre perfecta que no se replantea su decisión (todo ello siendo consciente del dolor atroz que se puede experimentar cuando estás muy arriba en esa escala de arrepentimiento y encima tienes que callarte porque tu sufrimiento está fatal visto…).
¿Cómo ha afectado el hecho de tener descendencia a tu relación con el mundo cultural/musical (tanto como creadora como consumidora)? ¿Ha afectado a tu producción creativa? ¿A la cantidad de música que escuchas? ¿Al número de libros que lees? ¿A las películas que ves?
El cine no lo he vuelto a pisar salvo para ver alguna peli de críos, pero la verdad es que tampoco lo echo de menos: nunca me gustó demasiado. Conciertos: también han desaparecido de mi vida, pero tampoco los echo de menos. Los libros sí que los añoro: antes leía mucho y ahora lo hago poquísimo. En cuanto a la música: aquí sí que ha habido una transformación importante. Digamos que yo era una chica de Fugazi y Hüsker Dü y ahora soy una señora de Nicky Jam y Shakira. Y lo peor es que no me refiero a que me vea obligada a oír este tipo de música a mi pesar, sino que, de algún modo, ha empezado a gustarme, he empezado a formarme un criterio dentro de esos géneros que antes me sonaban infernalmente iguales, y he empezado a mirar con distanciamiento crítico otros tipos de música que antes me gustaban. Prueba a ponerles Sonic Youth o My Bloody Valentine a unos críos de 4 y 7 años e intenta ponerte en su lugar, o sea, oírlo a través de sus oídos, como si dijéramos: ¡se convierten en una auténtica bazofia! (al menos con los oídos de mis hijos…).
Prueba a ponerles Sonic Youth o My Bloody Valentine a unos críos de 4 y 7 años e intenta ponerte en su lugar, o sea, oírlo a través de sus oídos, como si dijéramos: ¡se convierten en una auténtica bazofia!
¿Has notado algún cambio al respecto de la relación que tienes con la gente que no tiene hijos, especialmente en el ambiente cultural en el que te mueves?
Bueno, creo que no me muevo en ningún ambiente cultural. Pero sí, he notado mucho cambio. Me echan para atrás los horarios de encuentro y los ritmos panchos de muchas de las personas sin hijos que conozco, así como sus actividades de ocio, que suelen conllevar consumo de alcohol y, por tanto, ¡resacas!: algo de lo que huyo como de la peste desde que tengo hijos. Por otra parte, y aunque creo que no soy una madre demasiado monotemática, me imagino que muchos de los temas que más me preocupan en la actualidad pueden resultar algo coñazo para gente que está a otra cosa.
¿Compartes de alguna manera con tus retoños tu pasión hacia la música/la cultura?
Pues no mucho, creo. Más bien ellos la comparten conmigo: me hacen ver y oír las cosas con otros ojos/oídos. Pero bueno, es que nunca he tenido mucha pasión por la música ni por la cultura, salvo quizá por la literatura (aunque hablar de pasión me parece un poco demasiado) y esa sí que procuro compartirla.
¿Han variado tus planes de futuro desde que tienes hijos/as? Me refiero tanto a la vida en general como en relación a tus pasiones y a tu producción creativa.
Nunca he sido muy de tener planes de futuro. Soy bastante veleta, poco constante, y mis planes se hacen y deshacen con facilidad.
¿Recomendarías a la gente creativa que tuviera hijos/as? ¿Por qué?
¿Gente creativa? Quita, quita… procuro no juntarme mucho con gente creativa… Pero a la gente en general sí que se lo recomiendo, a todas horas. Es probable que no sea buena idea, pero no lo puedo evitar, me pasa desde siempre: cuando descubro algo que me mola quiero que lo haga todo el mundo. Cuando estaba en otra fase de mi vida andaba recomendado a todo el mundo que probaran el speed o los tripis, y supongo que tampoco era muy buena idea.
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Anna Ramos (Responsable del proyecto radiofónico online Radio Web MACBA y co-responsable del sello ALKU, plataforma pluridisciplinar que opera desde 1997)
¿Cuantos años tienes actualmente?
43.
¿Qué edad tenías cuando tuviste a tu hijo?
40.
¿Te imaginabas así lo de tener hijos o tenías una idea diferente de lo que iba a ser?
Recuerdo pasar alguna tarde con amigos con hijos, regresar a casa y bromear con mi pareja de que se había acabado el sexo, como la táctica más efectiva que se nos ocurría para evitar el riesgo… Siempre tienes avisos, intuiciones, prejuicios, ilusiones, pero no hay nada como ocupar el espacio y tener la experiencia en primera persona.
¿En qué dirías que más ha cambiado tu vida en general desde que eres madre?
Siempre he tenido la sensación de llegar tarde a todo lo que me interesa. La última cosa a la que llegué tarde es a la maternidad, pero por suerte ahí estoy. Ahora simplemente (y felizmente) estoy ahí y no llego a nada más.
Por ahora, todo es mucho más lento y exige mucha paciencia, bastante manipulación y poner en segundo o tercer término tus necesidades más básicas. Pero para mí, lo que obtienes a cambio de esta salvaje negociación contigo misma, es de una belleza sublime.
¿Cuáles dirías que son los pros y los contras de ser madre?
Creo que la lista de pros y contras irá cambiando a medida que crezcamos juntos. Por ahora, todo es mucho más lento y exige mucha paciencia, bastante manipulación y poner en segundo o tercer término tus necesidades más básicas. Pero para mí, lo que obtienes a cambio de esta salvaje negociación contigo misma, es de una belleza sublime.
¿Cómo ves el papel de los padres de hoy en día? ¿Alguna queja? (Permítete rajar aquí del cónyuge sin que la cosa llegue a divorcio. En caso de parejas del mismo sexo biológico, lo mismo)
Solo puedo hablar de lo que tengo cerca y es un trabajo a cuatro manos, donde cada uno llega donde llega, como mejor sabe y puede. Me parece imposible/impensable hacerlo sola.
(Pregunté esto también a los padres pero creo que en el caso de las mujeres tiene mucho más sentido) ¿Notaste algún tipo de presión por parte de la sociedad para que tuvieras hijos o fue una decisión totalmente libre? ¿Qué piensas de la idea de que las mujeres deberían ser madres para realizarse plenamente? ¿Estás al tanto de la polémica desatada por el libro de Orna Donath Madres arrepentidas? ¿Qué opinas?
Cuando llegas a cierta edad, la gente deja de preguntarte por prudencia: supongo que se entiende que o bien no puedes o realmente no quieres y también porque posiblemente se convierte en una conversación demasiado pesada, en el sentido emocional, para tener a la ligera. Recuerdo que sí que tenía un amigo al que quiero muchísimo, Sergio Caballero, que me metía superbroncas. Fue él quién de alguna manera puso en marcha el reloj biológico y me despertó de una post-adolescencia demasiado placentera, larga y cómoda.
Me parece un reto saludable buscar algoritmos personalizados que me ayuden a ser más efectiva en la búsqueda. Básicamente el viejo algoritmo de rodearte de gente generosa e interesante y el del multitasking. Me gusta aprovechar los trabajos mecánicos para escuchar música o podcasts y he llegado a ver documentales solo con el audio, mientras trabajo.
¿Cómo ha afectado el hecho de tener descendencia a tu relación con el mundo cultural/musical (tanto como creadora como consumidora)? ¿Ha afectado a tu producción creativa? ¿A la cantidad de música que escuchas? ¿Al número de libros que lees? ¿A las películas que ves?
La lista de cosas por leer, ver, escuchar, visitar siempre ha sido más larga de lo que da el cuerpo y las horas del día. Ahora llego a menos. Pero también me parece un reto saludable buscar algoritmos personalizados que me ayuden a ser más efectiva en la búsqueda. Básicamente el viejo algoritmo de rodearte de gente generosa e interesante y el del multitasking. Me gusta aprovechar los trabajos mecánicos para escuchar música o podcasts y he llegado a ver documentales solo con el audio, mientras trabajo.
¿Has notado algún cambio al respecto de la relación que tienes con la gente que no tiene hijos, especialmente en el ambiente cultural en el que te mueves?
Sí, claro, que o bien dejas de verlos o que cuando quedas con ellos, arrastras a tu hijo, y no puedes mantener ni una sola conversación, porque tienes a un monito clamando por tu atención.
Nos hemos inventado una tontería que como broma interna se llama la “actividad de la semana” en la que alternadamente uno de los dos, su padre o yo misma, tiene que presentar una propuesta lúdica que rompa la rutina, que sea interesante, instructiva o divertida.
¿Compartes de alguna manera con tus retoños tu pasión hacia la música/la cultura?
Nos hemos inventado una tontería que como broma interna se llama la “actividad de la semana” en la que alternadamente uno de los dos, su padre o yo misma, tiene que presentar una propuesta lúdica que rompa la rutina, que sea interesante, instructiva o divertida. En esto tenemos cierta competición interna bastante graciosa y hemos sometido a Set a sesiones personalizadas de sonido sincronizado con láser/color, micros que producen música cuando hablas, juegos de tacto… y lo que está por venir. Intentar estimularle es inevitable. Pero también me parece muy interesante los mundos que ellos te abren, como por ejemplo, lo que Set llama “juguem a parlar”, o las rusas que abren Huevos Kinder por internet o los entornos de videojuegos manipulados con MacQueens y Spidermans de colores que niega de una forma absoluta la narrativa al son de “The Wheels on the Bus” y que tanto les fascinan.
¿Han variado tus planes de futuro desde que tienes hijos/as? Me refiero tanto a la vida en general como en relación a tus pasiones y a tu producción creativa.
Lo notamos sobretodo en la menor movilidad que tiene operar en el formato familiar y lo pegado que tienes que estar a un confort y logística mínimos. Pero todavía no hemos hecho vacaciones en la playa…
Recomendar la maternidad es algo demasiado cósmico, transformador y pesado para traspasárselo a otro: no puedes pasar página ni hacer fast-forward. Cada uno tiene que llegar allí por sus propias conclusiones, tensiones, ilusión.
¿Recomendarías a la gente creativa que tuviera hijos/as? ¿Por qué?
Te puedo recomendar un libro que me estoy leyendo y que me tiene fascinada, como “Hollow Land” de Eyal Weizman. Te puedo recomendar un disco que he descubierto gracias a un amigo y que me pone la piel de gallina, como The Last Poets “The Last Poets”. Te puedo recomendar el último documental de producción temible que me produjo sudor frío, como “Zero Days”.
Recomendar la maternidad es algo demasiado cósmico, transformador y pesado para traspasárselo a otro: no puedes pasar página ni hacer fast-forward. Cada uno tiene que llegar allí por sus propias conclusiones, tensiones, ilusión.
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Uri Amat (Barcelona, 1973)
Lleva pisando estos campos del Señor desde hace más de 40 años. Su larga “militancia” en el underground empieza en su pre-adolescencia, cuando empieza a editar fanzines con su hermano mayor bajo los nombres más estrafalarios: Rowed Out!, Hangover y La Escuela Moderna son algunos de ellos. También ha estado implicado en otras publicaciones en las que, incomprensiblemente, le han dejado colaborar: la revista de tendencias AB, el fanzine Absolut de BCore y su posterior encarnación digital o el blog Gent Normal, entre otros. Nunca le han pagado ni un céntimo por ninguno de sus artículos o entrevistas. Pero como decimos en catalán: “ací caic, allà m’alço”.
Actualmente se dedica, cuando sus retoños se lo permiten, a ir a trabajar en bicicleta, visitar bibliotecas y beber en bares de viejos. Éstas (bicis, bares y bibliotecas) son las tres “B” básicas de la ciudad utópica fourierista en la que ingenuamente cree vivir hoy en día, mientras a su alrededor todo se derrumba.