“Los Pennycocks son demasiado mods para los punks, demasiado punks para los mods, y demasiado, así, en general y en cursiva. BCore lanza ‘C’mon Gipsy!‘, avanzadilla de lo que será su segundo LP, afianza su desprecio al punk reserva 1977, enarbola sus pretensiones de recuperar el sonido 1979 y consigue fidelizarnos de nuevo al street pop ya bien entrado el (horror) 2016. Cronologías a parte, Pennycocks lo molan todo, y no hace falta que venga yo a decírtelo: en Too cool for school ellos mismos te lo repiten una y otra vez durante lo poco más de minuto y medio que dura el (desde ya) hit. C’mon Gipsy y Nowhere to go no van a la zaga: coros, parches en la tejana y, si se tercia, hostias en el bar. Pennycocks son como masticar chicle de menta en la parte de atrás de un coche patrulla; naïfs pero agresivos; sin formas pero con alardes. Pennycocks, una vez más y en plástico negro, nos recuerdan por qué eran tan divertido ser un punk con parka. Y es que a veces, y ésta es una, con sentarte cinco minutos al lado de un tocadiscos es más que suficiente” (Victor Parkas).