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5 + 1 cómics que suenan genial

No queremos biopics obvios y sensibleros. Pasamos de álbumes de cromos musicales. Queremos leer viñetas a todo volumen. Estos cómics musicales suenan por todo lo alto.

Estafados

“Estafados” (Tricked) de Alex Robinson

Publica Astiberri

Durante muchos años Alex Robinson ha sido “mi autor” de cómic, el individuo que más he adorado de entre todos los tipos y tipas que se dedican a esta locura de poner vísceras en las viñetas. Está claro que este artista de New York no es el mejor dibujante del mundo, y lo cierto es que en ocasiones sus formidables diálogos pueden volverse algo densos y enrevesados. Pero los rechonchos personajes de Robinson siempre acaban convirtiéndose en criaturas vivas, que crecen dentro del lector.

De la misma manera que en su obra cumbre, “Malas ventas”, Robinson recopila las miserias cotidianas y los momentos pletóricos de un grupo de jóvenes a mediados de los 90, con sus mudanzas, opresiones laborales, aspiraciones creativas y desengaños amorosos, “Estafados” cruza los itinerarios vitales de varios personajes convulsos, inicialmente desconectados. Vamos con la música. El personaje principal del cómic es Ray, una estrella del rock en plena decadencia que busca la inspiración que le permita recuperar sus días de gloria. Ray es un personaje hosco y frío en sus relaciones personales hasta que encuentra a Lily, una chica que, de oficinista, pasa a convertirse en la secretaria personal del músico. Para Lily es todo un giro vital. El que siempre había sido su ídolo rock de pronto pasa a ser una persona frecuente en su vida, su jefe y, visto de cerca, una piltrafa humana.

Con el pulso vivencial habitual en este autor, “Estafados” (odio el título traducido, el original “Tricked” tiene mucha más melodía) cruza los caminos de hasta seis personajes en permanente ebullición, hasta hacerlos confluir en una catarsis dramática que es como el clímax de un concierto memorable.

Poner la vida en viñetas es un reto que sólo alguien realmente despejado como Alex Robinson puede lograr con naturalidad y sencillez, honestidad y concreción. Cuando unes a eso la música, las páginas tremolan de pulsaciones. Lo único que hace de papel a Ray, Lily, Phoebe y el resto es el mero hecho de que no saltan del libro a tu salón. Por lo demás, son tus amigos y compañeros. Para siempre.

Red_rocket

“Red Rocket 7” de Mike Allred

Publica Aleta Ediciones

Mi adorado Mike Allred no podía faltar en una selección de cómics sonoros y sonados, máxime cuando se trata de un artista con una confección pop de las viñetas sin igual, y más aún si apelamos a una obra como “Red Rocket 7”, donde el autor reúne los dos grandes hitos de su imaginario: la ciencia ficción y la música.

Con el aire psicodélico del maestro Jack Kirby, este cómic plasma un viaje desacomplejado a la mitología heroica, al tiempo que describe un tributo emocionado a la historia del rock. El protagonista pertenece a un grupo de clones extraterrestres que llega a la Tierra para ser testigo de los mayores hitos de la historia de la música popular. Y no solo eso: Red Rocket entabla amistad con Elvis Presley y Little Richard, se enamora con los acordes de Dylan y los Beatles, e influye en la imagen icónica de David Bowie. Todo eso mientras luce looks y peinados propios de cada época, lucha contra aliens iracundos y se convierte él mismo en una gran estrella del rock.

Más allá de los giros de la trama y la infinidad de cameos musicales, el cómic es abrazable por la misma razón que cualquier obra que firme Allred: nadie dibuja tan bien como él. Nadie. Podríamos pasarnos horas contemplando cada una de las viñetas del creador de “Madman” y sonreiríamos en todo momento.

Además de lo dicho, el discurso físico es icónico e indiscutible: más allá de un CD que hace las veces de banda sonora de las viñetas, “Red Rocket 7” presenta un formato que imita el aspecto de los antiguos singles de vinilo. Un auténtico guiño para los melómanos.

Hotel_California

“Hotel California” de Nine Antico

Publica Sapristi

Este sigue en mi mesilla de noche. “Hotel California” es un cómic nuevo con sabor a viejo y sensibilidad descaradamente femenina.

La joven artista francesa Nine Antico le levanta la falda a los dorados años 60 y, a través de sugerentes trazos en blanco y negro, plasma la comunión entre la pasión musical y la sexualidad femenina, en la época en que el pop y el rock eran los grandes fenómenos de masas. El álbum marca el nacimiento del fenómeno groupie y sigue los pasos de aquellas grandes fans de las bandas de la época. Con los acordes de los Beatles, los Rollings, The Byrds y The Doors entre otros, el cómic recrea el despertar sexual femenino y, en cierto modo, una genealogía de la mujer moderna, en pleno fervor del starfucking en el rock. Los “dulces” años 60 quizás no eran tan inocentes como nos suelen pintar. Las groupies eran las jóvenes adolescentes que acompañaban a sus ídolos en las giras con un objetivo muy claro: acostarse con ellos.

A través de planos panorámicos y composiciones en torno a las letras de algunos de los himnos radiofónicos de aquella generación, el cómic hila un relato de época que cuenta con cameos como el del mítico Phil Spector, creador del wall of sound, y nos invita a escarceos y baños en las playas de California al ritmo de “Surfer girl”, o a adentrarnos en los locales de Sunset Strip, una parte de Sunset Boulevard con clubes especialmente concurridos por las bandas. Esos lugares, como el Hullabaloo y el Pandora’s Box, congregaban a todos los fans y las groupies, y era muy característico ver a chicas bailando seductoramente en jaulas por encima de la gente. De ahí sacaba ideas de seducción la inspiradora del cómic, Pamela Des Barres, amante de Mick Jagger, Jim Morrison o Lou Reed y creadora del lema: “queremos sexo y lo queremos ya”.

En “Hotel California” visitamos los Sock hop, aquellos famosos bailes descalzos en el gimnasio del instituto, presenciamos los primeros movimientos de cadera de Elvis y la llegada de la beatlemanía a EEUU, sobrevolamos la figura omnipresente, al tiempo cercana y distante, de Brian Wilson y, al ritmo de las protestas populares de Buffalo Springfield, presenciamos episodios como los disturbios raciales de Watts e incluso tenemos en danza a uno de los miembros de la Familia Manson, Bobby Beausoleil quien, mira por donde, aparte de ser responsable del asesinato del músico Gary Hinman, también fue un poeta dotado y un músico que formó parte de los inicios de una banda insuperable de la época: Love.

Voodoo

“Voodoo child” de Martin Green y Bill Sienkiewicz

Publica Glénat

La sensación de otredad que me atraviesa de parte a parte cada vez que contemplo una ilustración de Bill Sienkiewicz está más allá de algo que pueda llegar a explicar remotamente bien. Me pasaba de pequeño, desde aquel día en que contemplé por primera vez su cartel de promo de “Los Nuevos Mutantes” en la contraportada de algún tebeo en el quiosco de la esquina, y me sigue pasando ahora, cuando veo al dibujante mostrar humildemente por las redes sus nuevas estampas de la icónica Elektra en la nueva serie de “Daredevil”.

Contemplar una de esas pinturas inconfundibles del artista, mareas histéricas y genuinas de trazos luminosos y surrealistas, inmerso en el latir de punteos y quejidos lisérgicos del cancionero de Jimi Hendrix, multiplica la extrañeza a la enésima y convierte la experiencia en algo que trasciende hasta niveles casi religiosos. Por eso, “Voodoo Child, la leyenda de Jimi Hendrix” es mucho más que un cómic, es una descarga insana de poesía visual emocionante, páginas que arden como los acordes más épicos del músico de Seattle.

La extremada sensibilidad con la que Sienkiewicz conjuga el collage, la pintura al óleo y la mimeografía a partir de la estructura narrativa de Martin Green, es sencillamente magistral. Con maestros del arte secuencial como Franz Masereel y Will Eisner en el retrovisor, y valiéndose de escritos personales de Hendrix, letras del artista y, ante todo, emociones vivenciales, Sienkiewicz convierte este álbum en un tránsito electrificado, una tormenta que irradia páginas distorsionadas, en continuo movimiento.

“Voodoo child” orbita a años luz de las biografías convencionales, porque algo de ese estilo carecería de sentido cuando unes dos figuras como Hendrix y Sienkiewicz. Al contrario, una obra que se inicia con una oda a James Marshall Hendrix de mano de John Sinclair, fundador del colectivo anti-racista White Panther Party, además de antiguo representante de MC5, y que abre su historia con la muerte yendo a buscar a un desprevenido Hendrix en Londres, el 18 de septiembre de 1970, busca en su devenir esa síncopa perpetua donde se mezclan las notas más altas, la miseria y las drogas, los disturbios raciales y el sueño de Martin Luther King, la depresión maníaca y el amor errante. Y así la casa continúa ardiendo mientras la música se hace menos digerible y el caldo de cultivo social estalla en cada concierto y en cada mástil roto, hasta forjarse esa burla del himno americano que el genio de la guitarra tocó con sorna en Woodstock.

Esto no es un cómic ni un biopic: es una maraña cósmica imbatible, que muestra un pulso fuera de lo común. Las vidas de la gente y la música que brota de genios como Hendrix son tan inexplicables como un dibujo de Bill Sienkiewicz.

Jukebox

“Jukebox” de Charles Berberian

Publica Ediciones La Cúpula

Aunque juegue con una composición episódica un tanto cándida y asequible de leer, el cómic más musical de Charles Berberian guarda dosis de imaginación y decibelios de mala leche como para reventar cualquier audiometría.

Como rezaba su brillante frase de promo, éste es un libro estereofónico, concebido para ser leído a un volumen muy elevado. “Jukebox” va hilando pasajes de la memoria del autor iraquí afincado en Francia, componiendo un mosaico de momentos cumbre de la cultura musical más anglófila, que se impulsa a base de recuerdos del autor, dislocados saltos temporales y encuentros imaginarios con ídolos del rock y del pop.

Berberian se cuela en la vida de artistas como Michael Jackson y Phil Collins, plasma escenas de los Rolling Stones, Elton John y Yo La Tengo, y dibuja entrevistas que nunca existieron con Leonard Cohen o David Bowie.

El trazo de Berberian, de quien también recomiendo efusivamente “Sacha” -una historia muy humana de gatos callejeros publicada por la extinta Bang Ediciones-, conjuga el tono satírico e hiperbólico con una pulcritud artística envidiable, que combina páginas de narración con pin-ups y composiciones retro y sugerentes, a veces usando dos tenues tonos cromáticos, en ocasiones a todo color.

“Jukebox” es un experimento en viñetas ideal para poner el tocadiscos y entregarse a una lectura vivaz y melómana. Un homenaje muy personal a las canciones que han acompañado durante toda su vida al autor, lo mismo que a millones de seres vivos, que en todo momento va destilando gotas del habitual sentido del humor de Berberian, que se mofa lo mismo de las hombreras de los 80 que de la afrancesada manera en la que él y toda su generación asimiló la música de Inglaterra y Estados Unidos.

+1

The_wicked

“The Wicked + The Divine” de Kieron Gillen y Jamie McKelvie

Publica Image Comics

Esto no es un cómic estrictamente sobre música, y ni siquiera se ha publicado todavía traducido en nuestro país, pero sus páginas destellan con el colorido de las mejores notas pop.

Sin duda estamos ante una de las obras del momento, un cómic condenadamente bueno protagonizado por “El Panteón”, un grupo de personajes que un día fueron personas normales, pero que en determinado momento se convirtieron en deidades. Cada 90 años, estas deidades resurgen con habilidades super-humanas y la capacidad de fascinar a naciones enteras…convirtiéndose en estrellas del pop. Una de ellas es Amaterasu, una chica de 17 años que de la noche a la mañana se convierte en la mayor estrella pop del momento. ¿El precio para llegar a ser alguien tan especial, una diosa del pop? Sólo lo podrá ser durante dos años antes de desaparecer de la faz de la Tierra.

“The Wicked + The Divine” es una epopeya sobre la vida y la muerte inspirada por los ídolos pop de su guionista, Kieron Gillen. Páginas metronómicas de noveno arte adulto y místico, donde los dioses son las últimas estrellas pop y las estrellas pop son los últimos dioses. Ser inmortal no significa vivir para siempre.

Fotografía de portada de “Red Rocket 7” de Mike Allred.


Albert Fernández (Bilbao, 1975)

AlbertBCoreEs periodista cultural y esperpento humano desde la pubertad. Ha trabajado como redactor en medios como Go Mag y Mondo Sonoro y de editor jefe en H Magazine y enBarcelona (Guía del Ocio Bcn), además de colaborar varias emisoras de televisión y radio, como la Cadena SER, Onda Cero o Ràdio 4, entre otras. Coordina la revista online Blisstopic, que creó junto al resto de sus socios y fundadores. Ha escrito uno de los micro-ensayos de pop filosófico que conforman “Hijos del Átomo. Once visiones sobre la Patrulla-X” (Alpha Decay, 2015) y es co-autor de “Thomas Pynchon” (Editorial Base, 2016). También ha participado en el libro “In-Edit The Book: Una historia sobre el documental musical”. No fuma.

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