Harto de todo: Escena (Pá) - BCBlog
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Harto de todo: Escena (Pá)

Para que todo este movimiento [el punk en Barcelona] cuajara, a parte de las bandas fue crucial la colaboración de un montón de gente y la aparición de lugares o sedes (locales de ensayo, bares, etc.) que conformaron un hábitat donde el punk pudiera desarrollarse. Un montón de gente anónima aportó su granito de arena desde su fanzine, con su programa de radio en alguna emisora pirata, con el carteo y el intercambio de material, con la edición de maquetas o simplemente con la aportación de ideas y nuevas directrices. Auténticos francotiradores que conformaron una red de acción y de trabajo.

Raíces

Un día estando en casa de mi madre (yo tenía 14 años y el Bolo 11) estábamos mirando la tele y apareció una noticia en el telediario sobre un gran escándalo porque unos tíos se habían cagado en la Reina de Inglaterra durante la fiesta de su jubileo. Ésa fue la primera imagen que vimos de los Sex Pistols durante el concierto que dieron en un barco, y nos quedamos flipando. A partir de ese momento empiezo a moverme para ver si descubro algo más de música de ese estilo e inmediatamente adopto la estética. Después de todo, yo creo que fuimos mucho más punkis aquí que en Inglaterra, en el sentido de que allí sí que era una moda y sí que había alguien detrás. Aquí éramos cuatro niñatos que nos atrevíamos a salir a la calle con unas pintas con las que la gente nos llamaba marcianos.
En el Abracadabra, un bar que había cerca de la calle Escudellers, conocí al Xavi Shock, y a través de él a mucha otra gente como a la Cheity y la peña de los Xeerox, que eran como los positive punk del momento; llevaban como un rollo más intelectual. Los demás éramos puro gamberrismo. Recuerdo la primera vez que nos cruzamos el Dimony y yo por la calle. Yo creía que no había más punks en Barcelona aparte de los Frenopaticss y la peña de los Xeerox, y de pronto veo a un tío con los pelos de punta rojos. Fue mirarnos y casi abrazarnos. Pensé: “¡Hostia, hay otro!”.

Yo creo que fuimos mucho más punkis aquí que en Inglaterra, en el sentido de que allí sí que era una moda y sí que había alguien detrás. Aquí éramos cuatro niñatos que nos atrevíamos a salir a la calle con unas pintas con las que la gente nos llamaba marcianos

Frenopaticss

Frenopaticss éramos una pandilla, era un grupo de música más la gente que les rodeaba, que nos sentíamos tan Frenopaticss como ellos. Frenopaticss se hizo famoso sin haber tocado en directo prácticamente ni una sola vez. El único concierto que recuerdo de Frenopaticss fue en el Mylady de L’Hospitalet. Frenopaticss eran el Xavi Shock, el Ángel, el Bolo y el Cirera, pero toda la pandilla llevábamos pintado Frenopaticss en la chupa; gente como el Edu, el Panko, la Rosa de Último Resorte, la Núria, etc. Nos ofrecieron hacernos unas fotos y una entrevista para el Interviú, pero pagamos la novatada. Nosotros pensamos que eso podía servir para abrir la mente de alguna gente o para que alguien más conociera el movimiento, pero manipularon de tal manera lo que habíamos dicho que parecimos unos nazis. En esa época la gente llevaba esvásticas por provocación, pero para nada tenían una ideología nazi.
Ninguno de nosotros éramos delincuentes en esa época, la gente no empezó a delinquir hasta que se enganchó a la heroína. Yo entonces pensaba que éramos muy malos, pero visto con el paso del tiempo, era la rebeldía normal de cualquier adolescente, y en el fondo éramos muy buena gente. Cortamos muchas melenas en el Texas. La gente llevaba unas pintas muy hippies. Se acercaban a nosotros como para codearse y lo primero que hacíamos era cortarles la melena.

Yo nunca me sentí marginada por ser mujer dentro de este ambiente. Las tías que estábamos entonces nos ganamos la posición a pulso y nadie se metía con nosotras.

Yo nunca me sentí marginada por ser mujer dentro de este ambiente. Nunca he permitido que me trataran como a una tonta o una pardilla. Además era la novia del Xavi Shock, que era como el jefe de la pandilla. Tenía mucho carisma, no era jefe porque fuera de nada. La gente siempre se quedaba con él y le tenía como punto de referencia. Creo que dentro del ámbito social que había entonces en España el punk no era un movimiento sexista. El hecho de que hubiera más tíos que tías era porque había más tíos en todo (la cultura del país era así), no porque el movimiento punk fuera sexista. Las tías que estábamos entonces nos ganamos la posición a pulso y nadie se metía con nosotras. Recuerdo a la Cheity, que fue una de las chicas que más me impresionó en su momento; a la Rosa de Último Resorte, que fue una buena maestra para mí en muchas materias; a Tina Gil; Tina Champ; Anita de Montcada; la Yuju; Silvia y sus hermanas, de la zona Franca; María o la Silvia de Último Resorte, una de mis primeras referencias de mujeres. La admiraba un montón.
 

Fantástico 1982. Damned, Pá, Patrick, Quique y Pete (Archivo Quique)

Del punk al hardcore

No recuerdo quién apareció un día por el Texas con un disco de los Dead Kennedys, pero la primera vez que los escuchamos pensamos que era demasiado rápido, nos costaba digerirlos. En cuanto asimilamos su velocidad, va y aparece el Panko con un disco de los Bad Brains. Nos preguntamos. “¡¿Y esto qué es?!”. Y él dijo: “¡Y encima son negros!”. No era una cuestión de racismo, nos rompieron todos los esquemas. No conocíamos a ninguna banda que tocara ese tipo de música y en la que todos sus componentes fueran de color, era una cosa que asociabas más al reggae. Aparte de algunas bandas de hardcore europeas que nos llegaban, Bad Brains fueron el primer aviso de lo que se nos venía encima: bandas americanas de hardcore como DRI, Minor Threat, etc.
Empezaron a visitarnos bandas europeas como Lancia Flamme, Impact, Razzia, Lärm, No Pigs, BGK… Pero fueron los MDC los que nos dejaron sin habla, no solamente por la música, sino por la onda filosófica que llevaban. Nosotros éramos unos gamberrillos (y eso que algunos ya éramos vegetarianos…), pero los MDC eran extremos. No sabíamos dónde llevarlos a comer. Ni siquiera los podías llevar a una panadería. Te empezaban a preguntar: “¿Esto lleva grasa animal?”. “¡Tío, que es pan…!”. “Sí, sí, es pan, pero si lleva grasa animal yo no me lo como”. Nos abrieron mucho la mente. Sólo hay que escuchar la canción “Multi-Death Corporations”. ¿Quién hablaba de multinacionales en España en aquel entonces? Nadie. Ahora todos estamos contra la globalización y contra las multinacionales, pero en aquel momento acabábamos de salir del franquismo y ni siquiera teníamos esa información. Estábamos muy verdes y esos tíos venían con una conciencia social que flipas.

Los MDC los que nos dejaron sin habla, no solamente por la música, sino por la onda filosófica que llevaban. Estábamos muy verdes y esos tíos venían con una conciencia social que flipas.

Minor Threat a nivel de letras fue súper importante para mí. A Ian Mac Kaye le debo gran parte de mis pensamientos y de cómo ha ido mi vida. Para mí, Ian MacKaye y Albert Hoffmann han sido claves para tener una versión distinta de la realidad, el uno por criticismo, radicalismo y compromiso, y el otro por descubrir que hay mucho más de lo que estoy viendo y tocando. Ahora con la cuántica ya no hacen falta los tripis, la ciencia ya lo admite.

Subterranean Kids, Patizambo Records

Desde el principio les apoyé, no porque el Bolo fuera mi hermano, sino porque era una banda que me gustaba mucho. Para mí era la mejor banda que teníamos en aquel momento. Porque estaban haciendo una cosa que realmente era nueva, para mí fue la primera banda hardcore de España. Les ayudé, porque creía en ellos, estando en el local, dándoles ánimos, etc. Yo no era música, así que les apoyé contestando todo el correo que llegaba, haciendo las traducciones, las entrevistas en inglés, etc. Eso lo estuve haciendo durante un par de años.
Compré una furgoneta de segunda mano para que pudieran girar, y eso que yo no tenía ni carnet. El chófer siempre era el Tejón. Y para la edición de su primer disco les presté el dinero para poder grabar y autoeditarlo. No fue un regalo, ya que ellos cuando vendieron sus primeras 1000 copias me devolvieron lo prestado.

Yo creía mucho en la autogestión. Pensaba en que después de esa primera experiencia Subterranean Kids continuarían las cosas de la misma forma, autogestionándose y autoeditándose, pero acabaron buscando un mánager. Ahí se me cayó el alma al suelo.

Yo creía mucho en la autogestión. De algo nos servían los viajes a Italia… Pensaba en que después de esa primera experiencia ellos continuarían las cosas de la misma forma, autogestionándose y autoeditándose, pero acabaron buscando un mánager, que en este caso fue el Cap de Porc (Mote que algunos usaban para llamar a Xavi Manresa de Cap Cap). Ahí se me cayó el alma al suelo. Después de todo el esfuerzo y la ilusión que yo había puesto en la banda porque creía en ella, va y aparece un tío que no tiene nada que ver con la escena y que viene únicamente a por la pasta para representarles. Se me derrumbaron los esquemas.
Con los grupos que tuve más relación, aparte de Subterranean Kids, fue con L’Odi y GRB. Los GRB me encantaban, tanto como personas como por la música que hacían. Era muy visceral y tenían unas letras súper potentes. Lo único que me molestaba era la inconsecuencia de Ángel, su cantante. Toda la retórica que tenía, toda la conciencia que demostraba en sus letras, luego no se veía reflejada en tus actos, así que creo que era muy inconsecuente. Con L’Odi nos pegábamos unas fiestas bestiales. Nos pasábamos las noches de empalme en la estación de Francia esperando a que abrieran el bar. Durante las esperas nos aburríamos tanto, que al final acabábamos haciéndonos fotos grotescas en el fotomatón pasados de tripi. Para mí L’Odi era punk, no hardcore.

Pá durante un concierto de L’Odi Social (Archivo Joni)

Drogas

Al principio sólo consumíamos drogas de farmacia, había mucha experimentación. Y eso era a diario. Te conocías todas las farmacias de Barcelona. Ya sabías las que daban y las que no. Mucha morfina sintética, anfetaminas y muchísimos somníferos mezclados con alcohol… Depués de esto entró el caballo y se nos murió la mitad de la gente. En aquella época ser un yonqui, socialmente, no era lo mismo que ahora. Generalizando, un yonqui hoy en día suele ser alguien con muy pocas posibilidades de futuro, con poca cultura y que se dedica a dar pequeños palos para poder consumir. En aquella época ser yonqui era como ser alternativo: tenía una connotación intelectual. No era un rollo suicida, era como cool; la gente lo consumía para que le diera un rollo artístico. Si escribías, pintabas, etc… te permitía un grado de introspección muy amplio. Toda la música que escuchabas y todo lo interesante que podías leer salía de gente que se chutaba, así que el caballo estaba un poco mitificado. Pero a la gente aquí se le fue la mano y se metió a saco, así que se murieron la mitad.
El speed, te lo puedo decir exactamente, llegó aquí en el año ‘86 porque lo traje yo, y vino de Holanda. Los primeros en probarlo fuimos los GRB y yo. Aún tocaban más rápido. ¿Qué es lo que va a querer un chaval con 16 ó 17 años que está lleno de energía y al que se le escapa por todos lados? Lo que quiere es más caña, más marcha, ir más rápido, explotar más. Lo que también consumíamos eran muchos tripis, unos micropuntos de estrellita roja que vendían en la plaza Real que han dejado girada a media de Barcelona.
Con la heroína la gente que no la aceptó, lo hizo desde el principio, tuvo claro que ellos, no. De los que se metieron unos cuantos están en el cementerio, otros en la cárcel y algunos sobrevivimos. Aunque supieras que la heroína era contraproducente, el rollo era que no había futuro. Más valía morir con dignidad que morir de rodillas. Si tú realmente creías en el No future decías “yo no quiero ser como mi padre”, o “voy a ser lo que yo quiero ser o moriré en el intento”. No queríamos vivir toda la vida. Si me hubieras dicho entonces que iba a vivir más allá de los 40 me hubiera reído bastante. No teníamos una perspectiva a largo plazo, sabíamos que íbamos a morir jóvenes. Y no hacía falta que vieras cómo se morían tus amigos; también podías ver cómo moría Sid Vicious. En cambio, la gente estaba cegada; iba a por ello.

Recorte de una revista (Archivo Pá)

Para mí, más grave que la heroína ha sido que todo se ha convertido en una moda, acabar haciendo lo que hacías por convicción simplemente por dinero, renegar de tus principios. Casi siento más tristeza por un amigo vendido que por un amigo muerto. Sigo pensando que el movimiento musical estuvo muy bien porque alucinó a mucha gente, nos lo pasamos muy bien y descubrimos muchas cosas juntos. Pero hago hincapié en que la música era la representación cultural de algo que era social y que estaba pasando de verdad, la disconformidad con todo lo que te tocaba vivir: la sociedad de españolitos, el tabú sexual y la represión que existía. Fuimos la generación que se lo saltó todo a la torera. “No te vistas así”: ¡¡A la porra!!; “No te acuestes con tíos”: ¡¡A la porra!!; “No te metas”: ¡¡A la porra!! Para mí eso no fue solamente hacer el gamberro; eso significaba que tenías un cierto sentido crítico y te dabas cuenta de que esta sociedad estaba yendo muy mal. ¿Cómo llega un momento en que los movimientos sociales se hunden? ¿Por qué no se hacen más fuertes? ¿Cómo llega un momento en que esta historia y el movimiento okupa se desvinculan? ¿Cómo llega el momento en que nos dedicamos a criticarnos entre nosotros cuando todos tenemos un enemigo común que aún está vigente? Esto se acaba cuando aparece MTV y me lo puedo comprar en el Corte Inglés.

Para mí, más grave que la heroína ha sido que todo se ha convertido en una moda, acabar haciendo lo que hacías por convicción simplemente por dinero, renegar de tus principios. Casi siento más tristeza por un amigo vendido que por un amigo muerto

No es sólo comprarme el disco y la camiseta para que te hagan la foto; la globalización nos está comiendo a todos. El movimiento se acaba cuando la gente se vende. Estamos muy apegados al consumismo. ¿A quién le das tu dinero? Ése es tu amo. No sirve de nada saber que la Coca-Cola apoya el apartheid si luego la consumes; no sirve de nada quejarse de que las multinacionales controlan el mundo si luego compramos Marlboro. El boicot del consumidor es la única arma que tienes en tu mano. Lo único que les jode de ti es no poder sacarte la pasta. Lo que tú pienses en tu cabeza, eso, no afecta a nadie, no tiene ninguna repercusión, se queda dentro de tu cabeza. Lo que diseña el mundo hoy en día es el dinero. No des tu dinero al enemigo, muévelo entre la gente como tú, autogestión, intercambio. No nos olvidemos de que el movimiento no son sólo los grupos de música. Necesita de gente que los apoye. Hay gente que ha estado apoyando a los grupos durante años; gente anónima que se ha mojado el culo haciendo conciertos, perdiendo dinero y viendo cómo sus propios colegas se colaban en sus conciertos; gente como el Joni, el Javi Destruye, el Goofie, La Asociación Caballo de Troya, etc.
Fotografía de portada: Pá y Nekane (Archivo Pá)

Extraído de Harto de todo: Historia oral del punk en la ciudad de Barcelona 1979-1987 de VV. AA. (BCore, 2011)


Al habla Pá Buira, nacida en 1963. Del Barrio Gótico y Chino (Barcelona)

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