Attak: Dimony -BCBlog
Busqueda Avanzada​

Por favor espere mientras buscamos en la base de datos. Gracias…​

Attak: Dimony

Raíces

Yo vivía en Esplugues de Llobregat con mi padre, pero me desplazaba a Barcelona constantemente para ver a mi madre, que vivía en el centro. La mayoría de gente de Esplugues no se movía demasiado, ya que en aquella época el tema de las comunicaciones era bastante complicado. Desplazarse en autobús era lioso para un crío. Una vez se casaron mis padres nos fuimos a vivir definitivamente a Esplugues. Yo debía tener unos 10 u 11 años, pero ya estaba acostumbrado a pillar el bus para moverme; era un bicho. Empecé a tener problemas con mi familia, concretamente con mi padre, que se emborrachaba a menudo. Eso, quieras o no, te marca y empiezas a rebelarte. En el colegio, con 12 años, cuando debía estar haciendo séptimo, ya era punki. En mi barrio no habían visto un punk en su puta vida. Recuerdo que el único notable que saqué en toda mi vida fue en la asignatura de lenguaje con una redacción que hice sobre el punk. También me fui a El Corte Inglés a buscar el disco de los Sex Pistols Never Mind the Bollocks. Me voy directamente al dependiente y le digo: “Tienes el disco de los Sex Pistols Me sudan los cojones?”. El tío se quedó parado. Lo conocía, pero no lo tenían. Finalmente lo conseguí y me lo llevé a clase de música. Los viernes por la tarde nos dejaban llevar discos para amenizar la clase.

Mi primer concierto fue en el Ateneo de San Justo. Debía tener unos 15 años cuando escribí mi primera letra, “Basura y desperdicio”

La música siempre me ha gustado, desde pequeñito. Ya en el barrio me juntaba con los chavales que tocaban música con los instrumentos de sus hermanos mayores. Nos reuníamos en un local que tenía mi abuelo donde empecé a tocar la batería con los Wiz Eggs (Huevos Mágicos). Mi primer concierto fue en el Ateneo de San Justo. Debía tener unos 15 años cuando escribí mi primera letra, “Basura y desperdicio”: “Basura y desperdicio, todo es un vicio. La gente de droga no puede pasar. Se inyectan, aspiran y fuman cantidad. Salgo de mi casa, todo es una caca. La puta en la esquina, el macarra alucina. Esta es vuestra ruina, la droga os domina. El barrio está perdido, todo está podrido. Pero yo podré resistir”.

dimony1

El punk iba conmigo. Siempre convencía a mis colegas para que escucharan esa música. Tenía unos pollos con mi padre impresionantes. Recuerdo que un día que nos rebotamos, me tiró mi primera batería escaleras abajo. En aquella época ya funcionaba La Banda Trapera del Río. Conocía a algunos de sus componentes, ya que me movía bastante por el barrio. Aquellos años pasaban muy lentos, porque eras joven. Fueron muy intensos. En aquella época estrenaron la película The Warriors. Recuerdo que fuimos a verla al cine toda la pandilla del barrio y que nos flipamos. A partir de entonces, cogí mi camino y me fui a Barna, mientras que los chavales del barrio se quedaron en Esplugues.

Barcelona salía del franquismo y era súper bonito. La gente veía un punki por la calle y salía de los bares a mirarlo o paraban los autobuses. Era súper agresivo, en el sentido de que era una provocación muy fuerte.

Cuando llegué a Barcelona había mucho hippismo. Era muy difícil ver un punki, pero cuando encontrabas uno era como un filón de información. Recuerdo perfectamente la primera vez que vi a Ángel. Fui a comprar un parche de batería en New Phono y cuando salgo del metro veo un pavo con pintas y con tres o cuatro chapas hechas por él (en esa época no se podían comprar chapas), con una americana de su padre porque no había cuero, no había nada. Si tu veías un pavo con chupa de cuero pensabas directamente: “Este tío es guiri”. Aquello era una locura. Barcelona salía del franquismo y era súper bonito. La gente veía un punki por la calle y salía de los bares a mirarlo o paraban los autobuses. Era súper agresivo, en el sentido de que era una provocación muy fuerte. Así empecé a contactar con gente y a recopilar información. Recuerdo que un día me metí en un garito que estaba lleno de jinchos, tendría yo 15 años, y jugando conmigo me fueron arrancando todas las chapas que llevaba. Eran mucho más mayores que yo, debían estar en la treintena.

Yo soy muy bueno, pero soy un tío que se pelea rápido. Salí del bar pensando: “¿Esto es lo que queréis? Pues ahora me voy a poner doscientas chapas más”.

dimony8

Ideológicamente las cosas no estaban muy claras. Un punki de Valencia al que llamaban El Feo (no El Feo conocido como El Feo, sino un Feo anterior al año 80). Que estaba zumbado y llevaba un carnet de Cedade. Con la tontería de que Sid Vicious llevaba la esvástica en la camiseta para provocar había mucha confusión de ideas y los conceptos no estaban demasiado claros.

Yo he sido un pionero creando mi punk y exteriorizándolo. A mí me han puesto de maricón, de drogadicto, de lo que quieras, por las pintas que llevaba; unas pintas que en el fondo eran muy creativas, porque te lo hacías todo tú, no podías comprarlo en las tiendas.

El centro de Barcelona fue el punto neurálgico donde se reunían los poquitos punkis que existían en los diferentes barrios de la ciudad. Y allí es donde se empezó a formar realmente un movimiento que a mi parecer fue mucho más auténtico que el de Madrid, porque en Madrid tuvieron el apoyo político de Tierno Galván. Fíjate en la cantidad de grupos que salieron de Madrid. Pues aquí había los mismos grupos o más, pero nunca tuvimos ningún tipo de apoyo.

dimony7

Attak

Los Resorte ya estaban en funcionamiento. Recuerdo que entonces conocí a Panko, que en esos momentos tocaba la batería con ellos. Un día lo acompañé a un ensayo de los Resorte en los locales de L’Hospitalet. Allí ensayaban bandas como Disturbio, que eran de El Prat, y grupos de rock and roll como los Lemo, etc. Mientras Panko estaba ensayando, me di una vuelta por los demás locales y en uno de ellos encontré a un tío tocando la guitarra que hacía unos riffs que sonaban diferentes a lo que había oído hasta entonces. No eran los típicos riffs de guitarra de rock and roll. Ese tío resultó ser Manel, el tío Manel. Le dije que yo tocaba la batería y me dijo que me montara una que estaba destrozada y medio desmontada en el local, así que me puse a darle un rato con él. Al momento apareció Panko: “¿Pero qué coño hacéis?”. El tío se quedó flipando con el sonido. Y así montamos Attak. Los Resorte al principio se mosquearon un poco. El primer ensayo de Attak lo hicimos en el local de los Resorte sin que ellos se enteraran y allí conocí a Marc García, que acababa de hacer la mili y que era colega de Manel. Eran de la peña de Gracia y también salían mucho con la peña de los Clinic Humanoids, que eran de la zona del Hospital Clínic. Recuerdo que estaban en el local y que Marc estaba con Esther, su parienta. Iba toda vestida de negro y nada más abrir la puerta del local me metió un par de dexedrinas en la boca y venga, “we are Attak”…

Hay que tener en cuenta que los principios del punk fueron muy garrulos, porque para uno que había con ideas, había diez que eran destroyers. No es como ahora que el movimiento se ha hecho más inteligente.

Fuimos un grupo maldito porque en todas nuestras actuaciones siempre hubieron peleas o venía la policía y jodía el concierto. Imagínate qué cuatro individuos: Marc, Panko, el tío Manel, al que también llamábamos Rumenigge, y yo. La gente sonaba a punk rock, utilizaba riffs de rock and roll, y nosotros empezamos a hacer un punk mucho más acelerado y agresivo. No era hardcore, pero era más rápido y distorsionado; un sonido más como los Kennedys o incluso Discharge.

Los Frenopaticss son un poquito anteriores, pero no tocaban demasiado. Boliche los hizo famosos a base de escribir el nombre por todos lados. Hay que tener en cuenta que los principios del punk fueron muy garrulos, porque para uno que había con ideas, había diez que eran destroyers. No es como ahora que el movimiento se ha hecho más inteligente. Se venía del franquismo y la represión, el punk auténtico era cholo. Cuando pensabas en punk no pensabas en una cresta y tachuelas. Eso sólo lo podían tener los privilegiados que se podían permitir el lujo de viajar a Londres. Los que no podíamos viajar allí llevábamos una cadena como cinturón que al verla, la gente decía: “¡¿Pero dónde vas con eso?!”. Los Attak duramos un año y poco más. Llegamos a tocar con dos guitarras, con Boski de los Shit S.A., pero Panko acabó cansándose y se disolvió la banda.

dimony3

Del punk al hardcore

Los Attak fuimos unos pioneros, ya que salimos del patrón básico del punk rock. Empezamos a pisar el acelerador. Aquí seguíamos un poco lo que se hacía fuera y las bandas empezaron a cambiar. Aparecieron grupos como los Kennedys y la gente empezó a tener más prisa. Hubo un cambio generacional importante y empezó a desaparecer peña. Los que quedamos vivos de toda aquella generación estamos bastantes tocados del hígado… Yo en el hardcore ya no entro. No me siento vinculado para nada. Mi única vinculación con el hardcore son las personas, pero no la música.

dimony2

Drogas

A los Attak nos seguía toda una mara que no veas: el Garfio, el Garrote… Era muy, muy a cien. A veces me pregunto cómo puede ser que chavales tan jóvenes estuvieran tan sumamente adelantados culturalmente, pero al mismo tiempo hicieran ese uso desmesurado de las drogas sin importarles las consecuencias. Los punkis se chutaban anfetaminas. El caballo todavía no había entrado a nivel industrial, pero estaba la farmacia. En España estábamos tan atrasados, que no se daban cuenta de que la gente estaba sacando drogas de la farmacia. Recuerdo que Rosa iba a buscar centraminas a una farmacia del Clínico a la que yo también solía ir de vez en cuando. Un día la vi entrar vestida toda elegante y hablar con las dos abuelitas que despachaban los medicamentos. Recuerdo que la caja de centraminas costaba 51 pesetas con receta. La tía va y les da una fotocopia de una receta que estaba totalmente negra y que se veía claramente que era falsa, y las monjitas, sin pensarlo, le dicen “Ten, chata”, y le dan las centraminas. Imagínate como estaba el patio.

Recuerdo que cuando murió Sid Vicious robé el Vibraciones de un quiosco. El titular ponía: “Ha muerto el rey del punk”. ¡Me cago en Dios! ¡Como pille al Vicious éste le voy a quitar la chupa y todo lo que me mole!

Cuando entró el caballo eso sí que fue un palo gordo, porque ver a los punks, a la gente que formaba el movimiento punk tope espitosa, y después quedarse así, con la cabeza para abajo y medio zombies… Eso les pasó a amigos míos, gente súper cañera que se enganchó. Fue la decadencia. Recuerdo que cuando murió Sid Vicious robé el Vibraciones de un quiosco. El titular ponía: “Ha muerto el rey del punk”. ¡Me cago en Dios! ¡Como pille al Vicious éste le voy a quitar la chupa y todo lo que me mole! A ver, los Pistols estaban bien, pero cuando todo se convierte en una moda…

El Fantástico lo abrimos con David “El Indio”. David fue el primer paquistaní que vino a Barcelona. Trabajó primero de butanero y luego se puso a trabajar de camarero en locales del centro, del barrio chino. Trabajaba en el Abracadabra, más tarde en el Concentric y entonces nos propuso a mí y a Xavi Shock ayudarle a montar un local que sería el Fantástico. Tan sólo estuve trabajando diez días sirviendo copas, porque pillaba unas papas… El local se llenaba de peña todos los días y me pegaba la gran fiesta con ellos. Recuerdo que El Indio me tuvo que echar… Ahí empezó mi decadencia y la del punk; fue cuando decidí colgar mi chupa de cuero. Tenía 19 años y me desencanté. Vi que ya no era como había sido. Fue todo tan sumamente trágico y negro con la entrada de la heroína y de la moda, que decías, “¿Pero qué está pasando?”. Así que desaparecí y me fui a la mili. La gente me decía: “Tú, Dimony, de la mili no volverás”. Y cuando volví todo era distinto. No volví a ir jamás al Fantástico.

dimony4

Me quedé estupefacto con el tema de los skins. Yo, que al Fray le enseñé toda la música que conocía con Pá y Boliche… Porque los Decibelios al principio hacían rock putrefacto. Eran del Poble Sec y se movían con los Extramonio, (los primeros rockeros de Barcelona junto con los Teddy Boys) que se movían por el Novedades, de donde salieron los Rebeldes y muchos de los que ahora son los Centuriones, pero que entonces no tenían ni moto, y otra peña de rockers que montaron Mensajeros Radio.

Los punkis nos llegamos a juntar con toda esta peña porque no teníamos garitos e íbamos a un bar que se llamaba El Patata. Allí conocimos a Fray. Era la época que con los Decibelios aún hacían una mezcla de rock y teatro, y le pasamos mogollón de música. Entonces fue cuando se fue a Escocia y volvió con el tatuaje del Cristo crucificado y también me enseñó una cruz céltica. En aquella época yo ni paraba en eso. Los punks nos peleábamos con lo que había, que eran los mods. No existían los skins. Los primeros tirantes de Barcelona los llevamos Xavi Shock y yo, pero éramos cockney, no íbamos rapados. Los skins entran en Barcelona en el año 84- 85, cuando yo estaba en la mili. El punk del ‘78-’79 no tiene nada que ver con el del ‘85. En el ‘85 es cuando, en el fondo, todo empieza a mejorar. Las bandas empiezan a grabar su maquetas, a editarlas, etc. Todo mejora en general para la mayoría, menos para los cuatro que estuvimos allí antes. Yo soy un superviviente, es la vida… Estuvo bien hasta que duró.

Recuerdo que robé siete máquinas de escribir línea Olivetti 98 en la escuela profesional donde estudiaba y me compré una batería de segunda o tercera mano que me costó 14.000 pesetas.

Lo que yo viví en aquella época no lo cambio por nada. Era súper fresco y auténtico. La gente sentía que estaba viva, pero no tuvimos medios ni apoyo para sacarlo adelante. Todo era muy costoso. Es una situación muy concreta: Franco acaba de morir y empiezas a despertar, pero te encuentras con el paro y sin un duro en los bolsillos. Imagínate para poder comprarte un instrumento o una batería. Recuerdo que robé siete máquinas de escribir línea Olivetti 98 en la escuela profesional donde estudiaba. Aún me veo bajándolas todas por el barranco. Me compré una batería de segunda o tercera mano que me costó 14.000 pesetas.

También recuerdo un concierto de Frenopaticss donde me dieron una paliza en que casi me matan. Fue una pelea con los garrulos del barrio. Todos los punks se rajaron y salieron por patas, y a mí me dieron una tunda casi mortal. Xavi Shock me tuvo que meter cuatro picos de morfina en una pensión de Portal Nou. Recuerdo estar apoyado en la pared de la pensión mientras todo me daba vueltas. Si hubiera nacido en Madrid sería más famoso que el coño de la Bernarda…

dimony9

Yo solía buscar información acerca del punk en revistas musicales y una vez, ojeando una revista, vi una foto y dije: “¡Hostia! ¡Vaya tía, colega!” Una punki guapísima, con su peinado… Recuerdo que recorté la foto, la puse en un cartón y la forré con un celofán. La colgué en la pared de mi habitación, delante de mi cama. Más tarde la llevaba siempre en la cartera. Un día conocí a un tío, se la enseñé y me dijo: “Yo conozco a esta chica”. Y era la Cheity. Cuando la conocí fue el súmmum. Ella ya había estado en Londres y tenía un montón de música. Le encantaban los Damned. Vivía en casa de su madre con su abuela y a veces nos llevaba a mí y a Bolo a su casa. Allí es donde Bolo empezó a conocer un montón de bandas. Era impresionante cómo iba vestida. Ella conocía a toda la gente del Hospital Clínic, a Wells, a Marc, al tío Manel, a Arturo, etc. Una vez fuimos con la Cheity al Texas, que era como nuestra casa, y toda la peña empezó a llamarla Joaquín como si fuera un travelo. Me puse de color amarillo, verde, azul… Les dije: “Mira, voy a empezar aquí a repartir hostias que os vais a cagar”. Decían: “Joder con el de Esplugues…”. Cuando me fui a Barna tenía muy claro que había que entrar duro. Aquello era peña de barrio, había que marcar territorio. Encima la mitad estaban zumbaos perdidos…

Yo creo que hemos sido más punks aquí que en Londres. Aquí llevando esas pintas te jugabas el físico diariamente, aparte de que ya tenías claro que acabarías un par de veces al día, como mínimo, en la comisaría.

También recuerdo la primera vez que vi a Rosa. Iba bajando por las Ramblas, con su manera peculiar de caminar, su chupa de cuero, sus pelos, toda pintada y mascando chicle. Me pongo a su lado y me fijo en sus botas militares, que eran minúsculas. Llevaba como un parche de un paracaidista cosido en la chupa, y le pregunto: “Oye, ¿por qué llevas un paracaídas?”. Y me responde: “Porque siempre voy muy colgada”. No lo olvidaré en mi vida.

Yo creo que hemos sido más punks aquí que en Londres. En Londres era una moda, estaba apoyada por una tendencia y por alguna tienda. Aquí llevando esas pintas te jugabas el físico diariamente, aparte de que ya tenías claro que acabarías un par de veces al día, como mínimo, en la comisaría. Recuerdo que Ángel llegó a hacerse una camiseta con su número de carnet de identidad para no tener ni que enseñar la papela. Ése también ha sido un coco…

 
Fotografía de portada: Alicia y el Punky fundidos en un beso. (Archivo Alicia)
Extraído de Harto de todo: Historia oral del punk en la ciudad de Barcelona 1979-1987 de VV. AA. (BCore, 2011)


Habla Javier Ribas (Dimony), nacido en 1964 en Esplugues de Llobregat

Attak fueron anfetamina pura, una patada en la boca, el primer embrión de lo que posteriormente se denominaría bajo el nombre de hardcore. Fueron los primeros en importar el sonido crudo de bandas como Discharge o Disorder, donde la urgencia era el plato principal, e infundirle un carácter propio.

Compartir con un amigo

Más
Articulos
Suscríbete a nuestra newsletter​
¡Regístrate para recibir correos de BCore y serás el primero de enterarte de nuestras novedades y actividades!
 

Busqueda Avanzada​

Por favor espere mientras buscamos en la base de datos. Gracias…​

This search form (with id 3) does not exist!