Harto de todo: L'Odi Social pt. II (Poly) - BCBlog
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Harto de todo: L'Odi Social pt. II (Poly)

L’Odi Social fueron la voz del pueblo. Aunque su sonido se fue hardcorizando, nunca dejaron de lado sus letras de tinte punk. Su carácter popular nos ha dejado eslóganes perpetuos. Su conexión con la gente de a pie fue instantánea y fueron capaces de condensar ideas de alto octanaje político en frases como “Que pagui Pujol” o “Ataka a l‘estat que t’apuja les birres”

Raíces

Mi primer contacto con el punk fue a través de la revista Vibraciones, el día que mi hermano mayor llegó a casa con un número que llevaba en la portada a los Sex Pistols. “¿Y estos colgaos con el pantalón roto y los pelos tiesos quiénes son?”. Me impactaron mucho a nivel visual. En los siguientes números aparecieron los Clash, los Damned, etcétera. Mi hermano se compraba el Vibraciones cada mes. Al principio escuchaba cosas como Suzi Quatro, Status Quo… Hasta que conseguí el single Smash it up de los Damned por 50 pesetas en una tienda del barrio de Sant Andreu.
Empecé a ir al centro para ver conciertos de Último Resorte. Con 16 años tienes ganas de descubrir cosas nuevas y te das cuenta de que este mundo no es como te lo han pintado. Las temáticas, las actitudes y la estética que nos llegaban de Londres me impresionaron muchísimo. Aquí no podías comprar chupas de cuero cruzadas, pero te lo montabas como podías, con una chupa para ir en moto de tu viejo y con unos pantalones viejos destrozados.

L’Odi Social

Tenía un compañero de clase con el que montamos Suburbio Punk. Un día estábamos en el Zurich y vimos que tocaban Ruido Molesto, Último Resorte, Disturbio y Zoquillos en el Ateneu de Sant Boi. Allí conocí al Dimony, al Bolo, la Silvia, Fernando (el Damned) y el Puril. No estaban todos juntos, estaban entre el público, pero les saludabas aunque no supieras cómo se llamaban. Recuerdo que el Damned (Fernando) se puso a hacer una jam session con los Attak versionando precisamente a The Damned entre grupo y grupo. Era la primera vez que lo veía tocar.

Con 16 años tienes ganas de descubrir cosas nuevas y te das cuenta de que este mundo no es como te lo han pintado. Las temáticas, las actitudes y la estética que nos llegaban de Londres me impresionaron muchísimo. Aquí no podías comprar chupas de cuero cruzadas, pero te lo montabas como podías, con una chupa para ir en moto de tu viejo y con unos pantalones viejos destrozados

Yo vivía muy cerca del Gos. Nos veíamos por el barrio y un día me preguntó: “Oye, ¿tú no estabas el otro día en Sant Boi?”. Al Gos le llamábamos ‘Perro’ porque quedabas con él a una hora y aparecía cuando quería. Creo que su novia fue la que empezó a llamarle así.
El Saina vivía en Gràcia e iba mucho por el Miky, un sitio de futbolines de la Plaza Lesseps. Un día nos encontramos y le pregunté: “¿Tú no estabas en el concierto de Último Resorte?”. Era la inquietud de unos chavales por hacer amistades nuevas que conectaran musical e ideológicamente con el momento que estaban viviendo.
A Fernando lo conocía de El Garage de Hospitalet. Él iba a limpiar a casa de un colega en Vallcarca y cuando pillaba el metro pasaba delante del Miky, y allí estábamos el Saina, yo y peña skin del barrio fumando porros. Le llamaban Damned porque llevaba pintado el logo de The Damned en la espalda de la chupa. Le dijimos: “¿Tú no estuviste el otro día tocando la guitarra? Tenemos un grupo y necesitamos un guitarra”.

L’Odi Social en el gaztetxe de Andoain (Fotos: Txisto/Archivo Gos)

El mote de Poly me lo puse yo mismo. Me llamo Josep y la verdad es que sonaba muy poco punk. Llevaba unas pintas en plan Ramones y Josep no quedaba punk:
– ¡Qué pasa, colega! ¿Cómo te llamas?
– Josep.
A mí me gustaban mucho los Pistols y en especial su batería, Paul Cook. En la película le llamaban Cooky. Si de Cook salió Cooky, de Paul (‘Pol’, si lo escribes en castellano tal como suena), Poly. Una vez volví de vacaciones y me fui a trabajar a un restaurante. Recuerdo que me preguntaron: “¿Cómo te llamas?”. Me quedé unos segundos pensativo y respondí: “Poly”. Ahora me gusta mi nombre, Josep, pero en aquellos momentos se daba de patadas con el punk.
Empezamos ensayando en el colmado de los padres del Saina. Tuvo que cambiarse la cama por un plegatín y lo retirábamos todo para poder montar el equipo y ensayar. Después volvíamos a ponerlo todo en su sitio. También ensayamos en un trastero que tenía mi padre donde guardaba el coche. Cada dos por tres venían los vecinos y nos decían que no podíamos ensayar allí armando ese jaleo.
Originalmente nos llamábamos Odio Social. El nombre lo saqué de una entrevista de los Damned para el Vibraciones. Captain Sensible había reunido la banda y acababan de editar Machine Gun Etiquette. En la crítica de uno de sus conciertos decían: “Los Damned salieron al escenario y empezaron a descargar todo su odio social”. La madre del Saina fue la que nos dijo que qué era esto de tener el nombre en castellano, así que decidimos cambiarlo por L’Odi Social.

Originalmente nos llamábamos Odio Social. El nombre lo saqué de una entrevista de los Damned para el Vibraciones. La madre del Saina fue la que nos dijo que qué era esto de tener el nombre en castellano, así que decidimos cambiarlo por L’Odi Social

Yo ya había estado cantando con Anti/Dogmatikss, que habían sido pioneros en cuanto a grabaciones y autoediciones. Ensayábamos en el mismo local que L’Odi en Llucmajor. El single de L’Odi lo grabamos en los estudios Maratón. Fuimos bastante tardones en decidirnos a grabar. Estuvimos dos años haciendo conciertos y no nos decidimos hasta el ’85. La portada se hizo en Gràcia, en la imprenta de un colega del Saina. Yo hice tres viajes a Italia con mi novia para fabricar el single. Ahora sería muy fácil, pero por teléfono era bastante complicado concretar todo. A través de la gente de Pisa, el Sandro de CCM me pasó la dirección de Milán donde prensaban los discos. Primero fui a hacer la matriz y luego se plancharon las copias. Cogían bloques de vinilo como pastillas de jugar a hockey, las aplastaban contra las matrices y de ahí salían los discos. Era una empresa familiar que se dedicaba a esto. En su garaje tenían 3 ó 4 máquinas y un porche con un
tejado de uralita. Cuando fui a recoger los discos me invitaron a comer. Pasta, una tabla de quesos… Era la típica familia italiana reunida en el porche para comer y beber vino, una gente de unos 50 años. Los singles los cargué en un par de mochilas rodeándolos con ropa para protegerlos. Los billetes de tren con los que íbamos a Italia eran falsificados. Los italianos son más chorizos que nosotros y tenían un sistema muy fácil para falsificarlos. Volví a Barcelona porque teníamos que tocar en el Nicaragua Rock, así que regresé a Italia en un segundo viaje para fabricarlo y en un tercero para recogerlo. Con el último billete de vuelta a casa el revisor francés se dio cuenta de que era falsificado. “Ya te dije que nos pillarían”, dijo mi novia. Ya me ves a mi cargado con todos los discos llegando a La Jonquera. Finalmente dio la casualidad de que era un pasma, no un revisor , y me dijo: “Si te tiene que pillar alguien, que te pille el revisor. Yo soy gendarme, buen viaje”. Si hay gente que nace con una flor en el culo, yo soy uno.

Poly fumándose un cigarro durante un respiro. Look hardcore (hardcore non e solo mocadore) (Foto: Xavier Mercadé)

La gente de La Roca puso el dinero para prensar el disco. Creo que nosotros pagamos la grabación, pero el 75% de la pasta la pusieron ellos. Nos apoyaron muchísimo en la edición del single. Son roquerols, se les ocurrían unas historias… Hicimos una maqueta con 13 temas, 12 propios más una versión de DRI. Por cuestiones de presupuesto decidimos sacar un single, pero la gente conocía todos los temas de la grabación de escucharlos en Radio Pica. Precisamente El Picarol nos dijo que una de las razones por las que le habían cerrado la radio era por pinchar “Gossos de cuadra”, de L’Odi. Él reeditó el concierto del Nicaragua Rock para recaudar fondos para la radio. Nosotros siempre le estuvimos muy agradecidos por su apoyo. Radio Pica fue básica para que la escena funcionara.

En Milán, donde prensaban los discos, era una empresa familiar que se dedicaba a esto. Cuando fui a recoger los discos me invitaron a comer: pasta, una tabla de quesos… Era la típica familia italiana reunida en el porche para comer y beber vino, una gente de unos 50 años

Nuestro LP Esventats tiene un par de temas que son la coletilla del single Que pagui Pujol. La mayoría del disco está compuesto en Barcelona, pero estuvimos un par de meses en Mas Palou (Roses, Girona) preparándolo. Teníamos unos amigos que regentaban una masía, así que un verano que se fueron de vacaciones dejaron que nos instalásemos allí para poder ensayar. El disco se llama Esventats en homenaje a L’Empordà. Lo ensayamos y machacamos allí. En el Empordà la gente se vuelve loca por culpa del viento de tramontana.
El Puril se apuntó en plan de vacaciones. Tenía que estar diez días y acabó pegándose una estancia de un mes y medio. Fue un toca huevos, aunque le pese. Acabé del Puril hasta arriba. Un día hubo un poco de follón entre él y el Saina en el bar donde íbamos normalmente a tomar cervezas. Íbamos muy justos de pasta. El mosqueo fue tal que el Saina acabó tirando la cama del Puril desde la ventana de la masía. Se pelearon y el Puril le tiró varias pilas a la cabeza. Al día siguiente el Saina se levantó con un queme considerable. Estaba preparando la batería para ensayar y no le acababa de sacar buen sonido. El resto estábamos recogiendo hierbas en el patio para hacer una hoguera y el Saina empezó a machacar su batería contra las paredes. La dejó en mil pedazos. Cuando fuimos a encender el fuego nos encontramos la batería a trozos encima de las hierbas para quemar… Se cruzó. Nos metíamos de todo, pero fue un verano productivo porque
perfeccionamos los temas del Esventats y en diciembre o enero entramos en el estudio para grabarlo, con otra batería, evidentemente.

Anti/Dogmatikss actuando en la Universidad de Barcelona (Foto: Archivo Sisa)

Del punk al hardcore

Creo que cuando tocaron los MDC en Zeleste fueron el detonante del sonido hardcore en Barcelona. Tocaron dos días seguidos y todo el mundo se quedó flipado. Todas las bandas empezaron a tocar rápido. Con Anti/Dogmatikss hicimos un viaje a Italia y vinimos cargados de discos de Minor Threat, Scream, etc., discos que no se podían encontrar aquí. La visita de los Impact también fue importante. Venían de Italia y allí tenían más información sobre el hardcore que se estaba haciendo en Estados Unidos. “¿Hay que tocar rápido? Pues vamos a tocar rápido”. Con L’Odi ya tocábamos rapidillo, pero un rollo más punkarra que hardcore. La visita de BGK también fue determinante. Tocamos con Anti/Dogmatikss como teloneros con nuestro sonido escacharrado, y después subieron ellos, tocaron cuatro botones de los mismos amplis con los que habíamos tocado nosotros y sonaron a gloria. Supongo que los instrumentos también tenían algo que ver. Llevaban mil conciertos y eso se notaba muchísimo, tenían tablas.
Fotografía de portada: Anti/Dogmatikss. Poly con look punk a lo GBH (Txisto/Archivo Gos)

Extraído de Harto de todo: Historia oral del punk en la ciudad de Barcelona 1979-1987 de VV. AA. (BCore, 2011)


Al habla Josep Urpí. Nacido en 1965. Barrio de Gràcia – Guinardó (Barcelona)

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