Tres Libros (por Martí Sales) -BCBlog
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Tres libros

La educación sentimental musical suele empezar muy temprano: las orejas reciben estímulos sonoros hasta en el útero, así que todo suma y las filias de los parientes, las radios o televisiones ya van conformando un gusto, un pósito, una biblioteca sónica que subyacerá en la formación posterior del individuo. Leer es otra cosa muy diferente: es un proceso que requiere un aprendizaje y no se puede llevar a cabo sino es de forma activa, por lo cual suele empezar mucho más tarde y quizás con una determinación más personal.

Como decía mi tía, solo hay una cosa mejor que escuchar música: hablar de ella. A partir de este precepto se ha dicho y se ha escrito mucho. Cada año se publican innumerables libros sobre música, ya sean memorias, ensayos o encargos para cubrir el hype de turno. De toda esta maraña sobresalen algunas joyas que son como faros, guías, referentes vitales —igual que los discos que te marcaron. Todo el mundo tiene los suyos y hoy voy a compartir los míos.

Empecemos por un clásico: Lipstick Traces. Greil Marcus, su autor, ante el impacto de la descubierta del punk y The Sex Pistols, se pregunta de dónde carajo sale todo este espíritu de rebelión salvaje que lleva a chillar «I’m an antichrist!» a Johnny Rotten. Se pone a intentar a recoger una madeja deshilachada y con tintes de invisibilidad, una madeja a ratos podrida y olvidada, a ratos cobijada y adorada en rincones apartados, un hilo, sin embargo, poderoso y de una extraña potencia que une a los heréticos medievales europeos, los ranters ingleses del diecisiete, los dadaístas en el Zúrich del 1916 y los letristas y situacionistas parisinos. Lipstick Traces es el recuento de este trazo, de esta historia alternativa, de esta contracultura que también vertebra nuestro mundo. Su lectura es reveladora y si cae en tus manos a la edad adecuada —digamos entre los quince y los veintidós— puede llegar a ser un auténtico revulsivo.

Bola y Cadena es un libro extraordinario. Está admirablemente bien escrito. Un estilo nada grandilocuente —no son párrafos interminables a lo Javier Marías para que digamos qué bien que escribe—, sin malabarismos, sin fuegos de artificios, pero que va al meollo, que te agarra, te emociona y no te suelta hasta el final. Honestidad sin tapujos, tal cual. En este libro, Ricky Gil, cantante de Brighton 64, Matamala y Top Models, cuenta la historia de su pasión por la música, los avatares del éxito y el fracaso, los entresijos del underground y de la industria. Bola y Cadena es la historia de una perseverancia en el amor. Es el relato de un entusiasmo que no decae, de haber encontrado tu razón de vivir —la música— y no dejarla nunca, contra viento y marea y todos los prejuicios y lugares comunes —estilos, lenguas, edades. Sí, nuestra banda podría ser tu vida.

Para terminar, Una màquina d’espavilar ocells de nit, de Jordi Lara. ¿Huiríais corriendo si os dijera que habla de un joven que empieza a tocar la tenora con una banda de cobla de abueletes por pueblos perdidos de la Catalunya recóndita? Pues haríais muy mal, porque os perderíais una auténtica maravilla: el autor, un superdotado de la narración y de la lengua, retrata unos personajes y situaciones totalmente memorables. Por ejemplo: “En Tutusaus, un paquiderm que respirava com ronxava, clatell de mamut amb cascàrria i tot, era cèlebre per haver trobat una anxova a l’interior del fiscorn, i per altra banda sempre va negar haver-se cruspit amb nocturnitat i traïdoria el tall de cansalada que la iaia de la fonda s’aplicava a les morenes”. De su mano nos sentimos imbuidos del espíritu de todos aquellos que han dado su vida por la música y han pasado mil aventuras, los músicos anónimos que sustentan el alma del oficio con su quehacer cotidiano. Lara descubre la épica y la grandeza del salir a tocar para pocos en ninguna parte y que sea mágico —cambiad cobla, tenora y los Pirineos por jazz, trompeta y Dinamarca, si queréis, o por hardcore, guitarra eléctrica y puebluchos de la costa Oeste: da lo mismo. Una máquina d’espavilar ocells de nit es un clásico de nuestra literatura musical y merece la pena que le hinquéis el diente —de hecho, ¿sabéis qué? Ojeándolo otra vez me han cogido unas ganas tremebundas de volvérmelo a leer y qué mejor que un domingo lluvioso en Barcelona para sumergirme de nuevo en su mundo emocionante. Y si le echáis el guante a alguno de estos tres libros, ¡que aproveche!

Fotografía de portada: “Lipstick Traces: A Secret History of the 20th Century” de Greil Marcus (1989)
 


Martí Sales (Barcelona, 1979)

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Martí Sales ha hecho un poco de todo: tocar en grupos de música (Els Surfing Sirles, Convergència i Unió), estudiar Teoria de la Literatura y Literatura Comparada, escribir (Huckleberry Finn, Moll 2005; Dies feliços a la presó, Empúries 2007; Ara és el moment, Amsterdam 2011; Principi d’incertesa, Males Herbes, 2015), colaborar en Time Out Barcelona, traducir (John Fante, Kurt Vonnegut, Jim Dodge), actuar (con la compañía de teatro Amaranto y en mil recitales y saraus més), hacer revistas de arte objetuales (Al Buit 2001-2003), dirigir el Festival Internacional de Poesia de Barcelona (con Eduard Escoffet, 2010-2012), etc.

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