Punk y Madurez. El punk no ha muerto pero se ha hecho mayorcito (I)
Busqueda Avanzada​

Por favor espere mientras buscamos en la base de datos. Gracias…​

Punk y Madurez. El punk no ha muerto pero se ha hecho mayorcito (I): Varo y Paloma, Fina Román, Víctor López

Decían los Who en “My generation” (escrita por Pete Townshend a la tierna edad de 20 añitos) que preferían diñarla antes de llegar a viejos. Este lema, uno de los más famosos de la historia del rock, sería un poco como la sandalia en La vida de Brian: no debería ser interpretado demasiado literalmente. O si no que vaya alguien a los septuagenarios Who y les pregunte si todavía hoy piensan lo mismo.
No hace falta ser muy espabilado para ver que el slogan en cuestión no dejaba de ser un overstatement, una hipérbole, para expresar lo frustrada que se sentía la juventud de los 60 al respecto de la generación inmediatamente anterior, infinitamente más aburrida, anodina y conservadora. “I hope I die before I get old” era más una manera de decir “Que os jodan carcamales, no queremos ser como vosotros”, que un sincero y genuino deseo de irse al otro barrio. De hecho, años más tarde, Townshend matizaría el sentido que él daba a su himno para concretar que cuando decía “old” se refería a “very rich”. Vaya, que, siempre según él, la canción vendría a decir que no quería convertirse en un maldito burgués pero que, llegado el momento, no tenía ningunas ganas de que nadie viniera a hacerle la eutanasia forzosa como en La Fuga de Logan.

Decían los Who en “My generation” que preferían diñarla antes de llegar a viejos. Este lema, uno de los más famosos de la historia del rock, no debería ser interpretado demasiado literalmente

¿Que por qué digo todo esto? Por varias razones. La primera, para intentar quitar todo romanticismo a la idea de morir joven, que no solo no es nada bonito sino una maldita tragedia. Evidentemente que envejecer no es agradable: cuando eres insultantemente joven no puedes llegar ni a imaginarte a ti mismo con diez años más, mucho menos con panza, calva y una papada como la de Donald Trump. No quiero parecer superficial pero ¿cómo no va uno a preferir ser un tío bello, de piel tersa, con una abundante mata de pelo, un abdomen como una tabla de planchar y la energía sexual del grillo Anonconotus alpinus? Nadie escoge ser un tío cansado de mediana edad, pero es ley de vida, y uno se va acostumbrando. La segunda razón: para apuntar que lo de hacerse viejo no sólo tiene que ver con la decadencia física sino que, perdonad el cliché, es un estado mental. Que uno no se hace tan viejo si no tiene ganas de serlo y evita caer en las trampas que la madurez nos tiende. A menudo lo que más asco da de hacerse mayor es el hecho de que la vida, que pasa tanto como pisa, nos obliga a hacer unas concesiones para ir tirando que jamás de los jamases hubiésemos pensado que haríamos cuando éramos unos bellos efebos melenudos patea-retrovisores. De golpe uno tiene una hipoteca, vota al PSOE y pone el pesebre en casa por Navidad. Y es ahí donde algunos trazan una línea en la arena y dicen “por ahí no paso”.
Doy por hecho que, si estás leyendo este artículo, estás interesado de alguna manera en el punk, el hazlo-tú-mismo y la filosofía de vida que conlleva (siempre en su acepción más amplia e inclusiva: el punk es aquello que nosotros hacemos que sea, que decía D. Boon de los Minutemen). No voy a dar clases de historia aquí pero partimos de la base que, aunque en origen el punk fuera otro movimiento juvenil más de rechazo al orden establecido, con los años sus elementos más comprometidos se han hecho mayores sin dejar de lado muchas de sus ideas y, por tanto, podríamos hablar de movimiento intergeneracional. Quizás muchos de ellos ya no hagan música, ni fanzines, ni estén en primera fila de los conciertos. Quizás se han pasado a la dirección de cine, la escritura, el teatro, a la confección de cerveza artesana… O igual “simplemente” ejercen de padres, madres, amigos, hermanos, ¿de abuelos?, pero manteniendo firmes el espíritu librepensador y las ideas críticas y afiladas, y solo resurgen en eventos puntuales: presentaciones de libros y documentales, exposiciones, festivales, manifestaciones, piquetes, qué sé yo.

Lo de hacerse viejo no sólo tiene que ver con la decadencia física sino que es un estado mental. Uno no se hace tan viejo si no tiene ganas de serlo y evita caer en las trampas que la madurez nos tiende

El objetivo de este artículo (igual que el de las series anteriores: pinchen aquí y aquí) es escudriñar qué nos pasa por dentro a los moradores del underground cuando nos hacemos mayores, las responsabilidades aprietan y cada vez nos es más difícil compaginar la vida (con minúsculas) con lo que antes era para nosotros LA VIDA con mayúsculas: la vida total, lo nuevo, lo excitante, lo arriesgado y (a menudo) lo prohibido. Así que hemos preguntado a personas de más de cincuenta años, de las más diversas y variadas subculturas surgidas de lo punk, cómo viven el hecho de envejecer, especialmente en relación con la filosofía que (suponemos) más ha marcado su vida, llamémosle punk, mod, rock’n’roll o the young idea. Queremos saber si todos estos señores y señoras han trazado una línea en la arena y, en caso afirmativo, dónde coño la han puesto y cómo les ha ido las cosas por hacerlas como las han hecho.
Para acabar, como casi siempre, una alerta: se hablará de cosas un poco sombrías, como el envejecimiento físico, la decadencia e incluso… LA MUERTE (sonido de trueno). Tomároslo a broma y con espíritu iconoclasta (como ya hacéis con la Iglesia, el Estado y otras cosas del viejo mundo) y veréis como la cosa no da tanto miedo.
 

Varo y Paloma, 35 años haciendo el mono (Dr. Explosión, Ulan Bator Trio, Los Borbones, Funtastic Dracula Festival)


¿Cuántos años tenéis actualmente?
Paloma: 53
Varo : 50
¿Cómo os ganáis la vida? ¿Qué hacéis mientras no os la estáis ganando?
P&V: La vida nos gana a nosotros. Aunque cada vez quedan menos cartas, nosotros seguimos jugando a sabiendas de que al final perdemos, pero si no ¿para qué estamos aquí?
¿Qué edad teníais cuando os metisteis en vuestra subcultura, el underground o como queráis llamarlo?
P&V: Éramos jóvenes. Eso fue hace muchísimo, concretamente en el siglo pasado y hace tanto que ni nos acordamos.

La vida nos gana a nosotros. Aunque cada vez quedan menos cartas, nosotros seguimos jugando a sabiendas de que al final perdemos, pero si no ¿para qué estamos aquí?

¿Diríais que seguís activos de alguna manera en vuestra escena/subcultura o lo habéis dejado todo para dedicaros a otros menesteres? En el segundo caso, ¿por qué os distanciasteis de vuestra subcultura?
P&V: Si, no paramos de escuchar/ver en concierto a grupos nuevos y viejos, ya que nos gusta mezclar grupos “de ayer, hoy y mañana” para que nuestro festival no sea un cementerio de elefantes.
Varo: Además sigo tocando la batería y pinchando donde me dejan (aparte de en nuestra casa que es mi sitio favorito) y seguimos metidos en mil movidas ya sea como promotores o como asistentes a saraos ajenos. Nos encanta y es nuestra vida.
En el caso que sigas más o menos activo/a en la escena/subcultura en la que estés envuelto, ¿Cuál crees que es la razón?
P&V:¡Somos fans!!
¿Cuál es tu relación con la gente mucho más joven “de tu rollo”? ¿Notas algún tipo de prejuicio por parte de las generaciones posteriores? ¿Y tú, confiésalo: tienes algún prejuicio contra ellos?
P&V: Nos llevamos muy bien. Les admiramos y agradecemos que estén ahí, aprendemos de ellos.  Si lo necesitan, les ayudamos, como ellos a nosotros. Procuramos ir a “sus cosas” siempre que sean de “nuestra cuerda”. Es decir, si en la vida hemos ido a un concierto de música triste tampoco vamos a ir ahora, pero no miramos el DNI de la gente de los grupos: si nos gusta, vamos. Si no, no, como es lógico.

Seguimos metidos en mil movidas ya sea como promotores o como asistentes a saraos ajenos. Nos encanta y es nuestra vida.

¿Qué piensa la gente más convencional de tu generación, o anterior (tus padres o abuelos, si aún viven), de que “a tu edad” sigas implicado/a en una movida que, para muchos, es una cosa juvenil? ¿Te afecta su opinión?
P&V: No sé, nunca les hemos preguntado. ¿En serio piensas que el R’n’R tiene una edad? Nosotros no, ni conocemos a nadie que lo piense. Igual lo hacen, pero no nos lo dicen.
¿Sigues vistiendo y peinándote de manera extravagante/diferente o definitivamente has perdido la batalla contra la ropa cómoda y/o convencional?
Varo: sigo llevando lo mismo de hace mil años: vaqueros, camisetas de grupos etc.
Paloma: Los chicos lo tenéis mejor, hay más ropa bonita, pero las mujeres fatal. Los kilos no perdonan y cada vez que tengo que ir de compras, porque ya lo tengo todo roto o no me cabe,  me deprimo. ¡Solo existe ropa de chavalina o de marujona! ¡Muy mal!  Cualquier día me da un aire y me hago mod, rocker o algo así, que es elegante pero discreto. Considero los ropajes de ambas tribus  muy apropiados para edades maduras ¡Jajaja!
Cuando yo era adolescente recuerdo que sentía mariposas en el estómago cada vez que iba a un concierto o me compraba un disco, ahora noto que he perdido un poco la pasión por algunas de estas cosas, aunque quizás las he reemplazado por otras. ¿Cuál es tu caso? En medida de lo posible, ¿sigues viviendo el hecho subcultural con una pasión parecida a la que tenías cuando eras joven o, por otro lado, pocas cosas te sorprenden y te parece “que ya lo has visto todo”?
P&V: Las seguimos teniendo. Si no ¿porqué íbamos a ir a un concierto/comprarnos un disco etc? Cuando algo deja de “hacerte mariposas” mejor déjalo, sea música, amor o lo que sea. Para cosas horribles ya está la vida normal con su asquerosa rutina, sin pasión, ni sorpresa, ni nada de lo maravilloso de la música. Lógicamente, ya no nos sorprende como antes. Cada vez nos cuesta más encontrar “eso especial”, pero cuando lo encontramos, lo amamos. Exactamente igual que a los 20 años.

Cuando algo deja de “hacerte mariposas” mejor déjalo, sea música, amor o lo que sea. Para cosas horribles ya está la vida normal con su asquerosa rutina, sin pasión, ni sorpresa, ni nada de lo maravilloso de la música.

¿Cuándo eras más joven te veías con más de 50 años o eras del tipo autodestructivo y te veías muerto? ¿Qué piensas ahora del “Vive rápido, muere joven y deja un cadáver bonito”? ¿Pensabas lo mismo cuando eras adolescente?
P&V: Estábamos muy ocupados en vivir cada segundo sin importarnos nada el futuro, así que no  nos veíamos de ninguna forma porque no pensábamos en ello.
¿Dirías que la madurez física ha traído consigo una cierta madurez psicológica/emocional o sufres del terrible “síndrome de Peter Pan”?
P&V: La naturaleza es muy sabia y envejeces al tiempo por dentro y por fuera. Imaginate los achaques propios de la edad pero con las dudas, miedos y gilipolleces de la juventud: ¡el horror! Menos mal que no nos pasa eso, y a medida que pesan los años, pesa, por un lado, la sensatez y por otro el que te la sople todo mogollón. Creemos es una buena mezcla  para vivir felices.
¿Han variado tus planes vitales al envejecer? ¿Qué quieres ser cuando seas más mayor?
P&V: El “yo” propio de la juventud ha pasado al “nosotros” como parte de la humanidad. Queremos ser mejores personas cada dia, ser consecuentes con nuestras ideas, portarnos bien con nuestro entorno… en definitiva, ser felices y disfrutarlo con salud, que suena a tópico, pero ya empezamos a ver muertes de amigos por enfermedad y cruzamos los dedos.

La naturaleza es muy sabia y envejeces al tiempo por dentro y por fuera. Imaginate los achaques propios de la edad pero con las dudas, miedos y gilipolleces de la juventud: ¡el horror!

¿Cuáles dirías tú que son los pros y los contras de hacerte mayor/envejecer?
P&V: Todo es tan bueno o tan malo ahora como antes. Es decir, que cualquier edad tiene sus cosas buenas y malas y enumerarlas da el coñazo.
Y por último, y sin ganas de ser cenizo, ¿cómo te enfrentas al decaimiento físico y envejecimiento que trae la edad? ¿Piensas en la muerte?
P&V: La muerte es parte de la vida, así que no nos preocupa, aunque sí la enfermedad. Hace poquísimo hemos caído en la cuenta de que cuando nuestra generación llegue a la edad en la que no podamos valernos por nosotros mismos, los mandamases no tendrán más remedio que legalizar la eutanasia u otros métodos para hacernos desaparecer porque a ver que van a hacer con tantísima gente que nacimos en los “felices 60”. No habrá pasta para pensiones ni nada de nada, así que se nos ha quitado un peso de encima: no seremos unos ancianos desvalidos, solo unos fiambres con  un número. ¡Nos pedimos ir juntos y con el 666!
 

Fina Román (Orgullo de España / The Pantano Boas)


¿Cuántos años tienes actualmente?
56 años.
¿Cómo te ganas la vida?
Soy floor-manager o jefe de sección en una multinacional.
¿Qué haces mientras no te la estás ganando? Ahora vuelvo a tocar el bajo, con mi marido que toca la batería. Cocino ya que con la edad aprendes muchas cosas y me encanta comer bien. Bailar y pinchar música electrónica, vivir la vida intensa pero tranquilamente, sin estrés.
¿Qué edad tenías cuando te metiste en tu subcultura, el underground o como quieras llamarlo? 12 años, más o menos.
¿Dirías que sigues activo/a de alguna manera en tu escena/subcultura o lo has dejado todo para dedicarte a otros menesteres? En el segundo caso, ¿por qué te distanciaste de tu subcultura?
Tanto mi marido, batería de mis dos anteriores grupos, como a mí la música es lo que nos da la vida y nunca le hicimos ascos a las nuevas tendencias y a la música contemporánea. Así que rechazamos ir a Seattle en el 89. Nos aburríamos con The Pantano Boas y queríamos descubrir la nueva subcultura. Así que renunciamos de nuevo al éxito para ser anónimos papás de una mujer que ahora tiene 27 años y descubrir los fines de semana lo bien que lo pasaban los de 20 en los círculos electrónicos (Sideral, etc.) y fue enormemente enriquecedor y divertido ya que durante más de 20 años no paramos de bailar y engullir nuevos ritmos trepidantes sin dejar de escuchar todo lo bueno a nuestro modo de sentir, de ayer, de hoy y de siempre.

La música es lo que nos da la vida y nunca le hicimos ascos a las nuevas tendencias y a la música contemporánea. Así que rechazamos ir a Seattle en el 89, renunciamos de nuevo al éxito para ser anónimos papás y descubrir los fines de semana lo bien que lo pasaban los de 20 en los círculos electrónicos

En el caso que sigas más o menos activo/a en la escena/subcultura en la que estés envuelto, ¿Cuál crees que es la razón?
Los  sonidos, la música, es lo que más me motiva y me emociona.
¿Cuál es tu relación con la gente mucho más joven “de tu rollo”? ¿Notas algún tipo de prejuicio por parte de las generaciones posteriores? ¿Y tú, confiésalo: tienes algún prejuicio contra ellos?
Me considero bastante exenta de prejuicios, no puedo decir lo mismo de mucha gente de mi “época”. Mi relación es excelente con los jóvenes, con los viejos y con los niños, me llevo genial con todos. Empatizo rápidamente.
¿Qué piensa la gente más convencional de tu generación, o anterior (tus padres o abuelos, si aún viven), de que “a tu edad” sigas implicado/a en una movida que, para muchos, es una cosa juvenil? ¿Te afecta su opinión?
Mis padres siempre me respetaron porque me amaban  y yo a ellos y, aunque les gustase otro tipo de música y otros tipos de looks, años más tarde acabaron diciendo que la gente nos imitaba pero con peor gusto. Mis padres han muerto uno detrás del otro y ha sido una experiencia increíble y maravillosa poder dejarlo todo por unos años para dedicarme enteramente a ellos. Pero ahora que ya no están conmigo, vuelvo a tocar, trabajar y pasarlo lo mejor que puedo.

Mis padres han muerto uno detrás del otro y ha sido una experiencia increíble y maravillosa poder dejarlo todo por unos años para dedicarme enteramente a ellos. Pero ahora que ya no están conmigo, vuelvo a tocar, trabajar y pasarlo lo mejor que puedo

¿Sigues vistiendo y peinándote de manera extravagante/diferente o definitivamente has perdido la batalla contra la ropa cómoda y/o convencional?
Actualmente sé exáctamente cómo ser yo misma sin perder más de 10 minutos en estar divina. Y no necesito más, porque la experiencia te hace saber que con una camiseta, un denim y unas bambas estás espectacular, más que con cuatro kilos de maquillaje y unos tacones imposibles, que te impiden correr bailar y ser libre.
Cuando yo era adolescente recuerdo que sentía mariposas en el estómago cada vez que iba a un concierto o me compraba un disco, ahora noto que he perdido un poco la pasión por algunas de estas cosas, aunque quizás las he reemplazado por otras. ¿Cuál es tu caso? En medida de lo posible, ¿sigues viviendo el hecho subcultural con una pasión parecida a la que tenías cuando eras joven o, por otro lado, pocas cosas te sorprenden y te parece “que ya lo has visto todo”?
He vivido muchas actuaciones y espero disfrutar de nuevos conciertos, raves y de todo lo bueno. Mente abierta, siempre.
¿Cuándo eras más joven te veías con más de 50 años o eras del tipo autodestructiva y te veías muerta?
Jamás me quise ver muerta. Antes de los 100 años, por lo menos.

Sé exactamente la edad que tengo y hago lo que quiero cuando quiero, en lo posible, sin pensar en ningún síndrome.

¿Qué piensas ahora del “Vive rápido, muere joven y deja un cadáver bonito”? Siempre pensé que era una frase muy deprimente.
¿Pensabas lo mismo cuando eras adolescente?
Pues eso, que nunca lo pensé. Y huía de la autodestrucción que nos rodeaba, por la heroína. Siempre trabajando, ensayando por la noche, actuando el finde… pero de caballo nada de nada.
¿Dirías que la madurez física ha traído consigo una cierta madurez psicológica/emocional o sufres del terrible “síndrome de Peter Pan”?
Sé exactamente la edad que tengo y hago lo que quiero cuando quiero, en lo posible, sin pensar en ningún síndrome.
¿Han variado tus planes vitales al envejecer? No han variado, siempre creí en el amor a mi familia y a mis amigos y a todos mis congéneres y esa es, ha sido y será mi filosofía, vive y deja vivir.  ¿Qué quieres ser cuando seas más mayor?
Más yo misma cada vez. Para eso estamos vivos.
¿Cuáles dirías tú que son los pros y los contras de hacerte mayor/envejecer?
Ninguno, no me da miedo la vejez ni la muerte. Es natural y bello, y es lo que a todos/as nos espera, así que mejor aceptarlo.
Y por último, y sin ganas de ser cenizo: ¿cómo te enfrentas al decaimiento físico y envejecimiento que trae la edad? ¿Piensas en la muerte?
He vivido muy intensamente el envejecimiento de mis padres y su muerte. Eran mis mejores amigos, eran bellos por dentro y por fuera y así me lo pareció hasta el final. Yo me veo bien y no me da miedo la muerte. Hace años sí me daba, pero cuando vives la muerte de seres queridos o te haces fuerte o mueres como Antonio Flores, y yo opté por vivir, ya que tengo que ver a mi hija y a mis nietos y gozar con mi marido y mi familia y amigos y la gente que se cruce en mi camino.

Víctor López (baluarte del underground sixties barcelonés y punk con paraguas)


 
¿Cuántos años tienes actualmente?
Casi 53.
¿Cómo te ganas la vida? ¿Qué haces mientras no te la estás ganando?
Trabajo en una librería. Cuando no trabajo intento encontrar tiempo para leer, escuchar discos, escribir, hacer cosas en casa, etc. Ocasionalmente trapicheo con discos y otros artículos. Me gusta ver a los amigos, pero salgo poco.
¿Qué edad tenías cuando te metiste en tu subcultura, el underground o como quieras llamarlo?
Entré en los mods con 17 años, en 1981. Antes de eso pasé por un período de formación/confusión entre los 14 y los 16. Lo que me gustaba era la música clásica (aún me gusta) y no tenía background rockero. De lo bueno conocía la existencia de Beatles y Elvis y poco más, pero entonces no me llamaban la atención. Conocí el Punk por los medios generalistas, que vendían una imagen superficial de vómito y violencia que tampoco me atrajo. En mi clase dominaba lo peor de los 70 (Jethro Tull, Genesis, Supertramp, King Crimson; eso o música disco), y aunque intenté que me gustara no lo logré. Gracias a lo que escuchaba mi hermano en la radio (nueva ola, Rock and Roll clásico, Pop de los 60), algunos programas de TV (Popgrama, principalmente) y sobre todo la llegada en 1979 de Radio 3, me empecé a interesar por música diferente a la que gustaba a mis compañeros.

Conocí el Punk por los medios generalistas, que vendían una imagen superficial de vómito y violencia que no me atrajo

¿Dirías que sigues activo/a de alguna manera en tu escena/subcultura o lo has dejado todo para dedicarte a otros menesteres? En el segundo caso, ¿por qué te distanciaste de tu subcultura?
Si hablamos de mods, no. Como mucho soy parte del “público consumidor” de discos, conciertos y lecturas relacionados, pero no participo en nada. Ya cuando lo era siempre tuve ojos y oídos abiertos a otras cosas.  Abandoné el asunto relativamente pronto, no creo que durara ni tres años, pero no llegué a desvincularme del todo. En su momento me distancié de lo mod porque siendo honrado conmigo mismo vi que lo mod era sólo una parte de las muchas cosas que me interesaban. Entré con cuatro rudimentos teóricos, seguramente equivocados, y me encontré con un mundo infinito que es imposible acabarse y que me puso en la pista de sonidos, estética y valores que en parte sigo manteniendo hasta hoy, aunque nunca me sentí identificado con el 100% de lo que “se supone”. Aun con lo objetivamente rico de ese mundo vi que a la mayoría de los mods sólo les interesaban tres o cuatro cosas, no siempre las mismas que a mí. Es triste que se tenga una idea falsa y folklórica de lo mod, pero que la tengan muchos de ellos es para darles. También me desilusioné con la actitud de algunos y decidí que no me había metido en esto para cumplir normas. Luego vino el Garage y similares, que me abrió otro mundo y donde me sentí más cómodo. Si ahora pertenezco a algo sería al llamémosle Rock and Roll underground, con todo lo amplio que es el término. Sigo yendo a conciertos, comprando discos y leyendo sobre el tema, de manera atenta pero no obsesiva. Nunca he sido un hooligan de nada.
En el caso que sigas más o menos activo/a en la escena/subcultura en la que estés envuelto, ¿Cual crees que es la razón?
Ya digo que mi relación actual con rollos o subculturas es de “consumidor” ocasional. Creo que es bueno que existan escenas: es un indicador del estado de la cultura juvenil, pero no me siento parte activa de ninguna. Además en todas ellas se repiten a menudo patrones de conducta muy criticables, reflejo de la sociedad exterior de la que supuestamente quieren diferenciarse: modas absurdas, luchas ridículas de prestigio social, ostentación, dogmatismo, poco sentido crítico, etc. Lo he visto en los mods, en el Rockabilly y hasta en el anarcopunk. Eso no es para mí, y por suerte me di cuenta bastante pronto. Creo que el espíritu joven original de no pedir permiso ni perdón ni tener que justificarte ante los demás es válido para toda la vida. Equivócate, aprende, pero niégate a pasar por el aro de otros. Para los que quieran obedecer órdenes ya hay otros ámbitos.

Creo que el espíritu joven original de no pedir permiso ni perdón ni tener que justificarte ante los demás es válido para toda la vida. Equivócate, aprende, pero niégate a pasar por el aro de otros. Para los que quieran obedecer órdenes ya hay otros ámbitos

¿Cuál es tu relación con la gente mucho más joven “de tu rollo”? ¿Notas algún tipo de prejuicio por parte de las generaciones posteriores? ¿Y tú, confiésalo: tienes algún prejuicio contra ellos?
No tengo mucha relación con gente mucho más joven que yo. Sé que los hay metidos en rollos similares, pero apenas nos conocemos de vista. No tengo nada en su contra (y espero que ellos tampoco en la mía),  les deseo todo lo mejor, pero sus muchos de sus planteamientos son muy distintos a los míos. Hemos crecido en épocas muy diferentes en todo. No digo que estén equivocados o que lo mío sea mejor, pero me cuesta identificarme con ciertos aspectos. Hemos aprendido con procesos que no tienen mucho que ver. Tampoco mi generación se puede comparar a la de los 60, por decir una época. Cómo no, he de referirme necesariamente a la presencia de las tecnologías y la inmediatez que implica para todo. Internet no lo ha sustituido todo, pero es notorio que domina casi todos los aspectos de la vida actual. Por desgracia hay gente (y no sólo jóvenes) que ya se basan casi exclusivamente en esta herramienta para todo: relacionarse, comprar, descubrir música, extraer información, etc. El, digamos, peligro es sustituir la realidad por lo que encuentras en la red. Eso, en términos de subculturas supuestamente callejeras, es un contrasentido. Para nosotros todo se basaba en lo presencial: desde comprar discos a conocer gente. También dependíamos de la radio, de los fanzines y de prensa especializada. Ya nadie se compra discos movidos por la curiosidad o por afán de descubrir: todos ya saben qué hay dentro. También viajar era mucho más caro. Era un fastidio, pero sabías que era parte del proceso si estabas interesado en según qué. Lo que sí me sorprende hasta cierto punto, hablando de otra cosas, son las evoluciones de algunos de mis coetáneos, pero eso ya es su problema, no el mío.
¿Qué piensa la gente más convencional de tu generación, o anterior (tus padres o abuelos, si aún viven), de que “a tu edad” sigas implicado/a en una movida que, para muchos, es una cosa juvenil? ¿Te afecta su opinión?
Mi familia ha sido siempre demasiado paciente con mis tonterías: en eso me considero un privilegiado. Puedo entender que haya algo de incomprensión por su parte. Yo mismo no soy el tío más flexible del mundo con lo que no me gusta. Pero seguir conectado a ciertas historias me mantiene, hasta cierto punto, mentalmente “joven” y crítico. Intento no vivir en mi burbuja de música y libros, porque en la vida hay problemas más gordos que pinchar con originales o llevar tal camisa. No todo es ir a conciertos, vestirse de tal manera o tomar cañas con otros inadaptados: hay más cosas detrás pero no espero que nadie lo entienda, porque además sería muy largo de explicar. Si estás dentro y le echas un poco de reflexión lo entiendes: si no, no. Si no hubiera tenido esa válvula de escape no sé cómo sería a día de hoy. A estas alturas ya no me importa mucho. La opinión de la gente a la que quiero siempre me afecta de algún modo aunque no la comparta ni haga mucho caso. El resto puede decir misa, muchas gracias.

Intento no vivir en mi burbuja de música y libros, porque en la vida hay problemas más gordos que pinchar con originales o llevar tal camisa. No todo es ir a conciertos, vestirse de tal manera o tomar cañas con otros inadaptados

¿Sigues vistiendo y peinándote de manera extravagante/diferente o definitivamente has perdido la batalla contra la ropa cómoda y/o convencional?
No tengo ningún interés por destacar, ya no te digo ir extravagante. Quizás lo fui hace muchos años cuando llevaba los pelos muy largos o cortes muy extremos: ahora veo fotos y me da un poco de vergüenza. Vistiendo soy bastante soso, pero si me comparo con el ciudadano normal de mi edad creo que se me nota un poco que hay un “algo” relacionado con la música, el Rock and Roll o como lo quieras llamar. Lo del aspecto exterior induce en los últimos tiempos a errores por la entrada en el mainstream de elementos que antes eran patrimonio de gente que sabía de qué iba la cosa. Me quedan algunos resabios estéticos, hay unos mínimos a los que no renuncio y me gusta la ropa, pero me niego a ir incómodo para lucir no sé muy bien qué. Tampoco lograría lucir nada.
Cuando yo era adolescente recuerdo que sentía mariposas en el estómago cada vez que iba a un concierto o me compraba un disco, ahora noto que he perdido un poco la pasión por algunas de estas cosas, aunque quizás las he reemplazado por otras. ¿Cuál es tu caso? En medida de lo posible, ¿sigues viviendo el hecho subcultural con una pasión parecida a la que tenías cuando eras joven o, por otro lado, pocas cosas te sorprenden y te parece “que ya lo has visto todo”¿Cuándo eras más joven te veías con más de 50 años o eras del tipo autodestructivo y te veías muerto? ¿Qué piensas ahora del “Vive rápido, muere joven y deja un cadáver bonito”? ¿Pensabas lo mismo cuando eras adolescente?
Aquí pasan dos cosas: una, por mucho que lo neguemos, la edad hace estragos en la sensibilidad de uno. El espíritu ya no es igual de virgen. Las mariposas pasaron a mejor vida, y sí, las echo de menos. Por otra parte no encuentro cosas que, aunque pudiera sentirlas, me las provocaran. El problema no es lo nuevo por el hecho de serlo, sino que lo nuevo que me llega no me impresiona lo suficiente. Ya no voy a descubrir a otros Ramones, no sé si me explico y ojalá me equivoque. Sé que no lo he visto todo y que aún tengo lagunas. Por suerte, porque si no esto ya no tendría sentido. Cuando era joven apenas pensaba en mi madurez/vejez. Daba por hecho, pero sin planteármelo en serio, que sería convencional. Sigo pensando como si mi vejez estuviera lejos, jajaja, soy bobo. Lo del vivir rápido y el cadáver de marras siempre me ha parecido una estupidez.

Por mucho que lo neguemos, la edad hace estragos en la sensibilidad de uno. El espíritu ya no es igual de virgen. Las mariposas pasaron a mejor vida, y sí, las echo de menos

¿Dirías que la madurez física ha traído consigo una cierta madurez psicológica/emocional o sufres del terrible “síndrome de Peter Pan”?
De pequeño tenía tendencia a ser más bien serio y un poco repelente (eso aún lo conservo, según dicen), y de mayor he tenido verdaderas dificultades para adaptarme al modo de vida adulto. El mundo de la burocracia, los papeleos, los bancos, etc. se me hace muy cuesta arriba. Por otra parte observo en mí contradicciones que antes o no estaban ahí o no me había fijado. A veces soy muy intolerante con lo que considero importante y otras soy hasta demasiado relajado en lo que creo que no vale la pena. Y con el tiempo he pasado a la teoría más que a la práctica. Ya me va bien.
¿Han variado tus planes vitales al envejecer? ¿Qué quieres ser cuando seas más mayor?
No, nunca he sabido qué quería ser de mayor, y tampoco ahora. Tampoco me he parado nunca a hacer planes vitales, y no sé si debería haberlos hecho. Ya da igual. Nunca he sido aventurero y valoro mucho la tranquilidad en mi vida. Ojalá pudiera dedicarme a leer y disfrutar de mis discos, pero por desgracia no soy millonario. Y aunque lo fuera, lo único que no se puede comprar es el tiempo.

De mayor he tenido verdaderas dificultades para adaptarme al modo de vida adulto. El mundo de la burocracia, los papeleos, los bancos, etc. se me hace muy cuesta arriba

¿Cuáles dirías tú que son los pros y los contras de hacerte mayor/envejecer?
Aunque acumules experiencia y conocimientos, te lo digo claramente: es mejor ser joven, aunque después lamentes algunos episodios. De mayor disfrutas las cosas con más criterio pero con menos pasión (tampoco es que yo sea el tío más apasionado del mundo, como dice Ray Davies en “Lola”). Tienes la cabeza más ordenada (bueno, eso algunos) pero pierdes la excitación de descubrir cosas nuevas. Con el tiempo se exageran tus defectos. En mi caso soy aún más cascarrabias (siempre lo fui) y en algunas cosas menos tolerante. Por otra parte he aprendido a relativizar problemas e inconvenientes y a establecer prioridades. Suena contradictorio, ya lo sé. En el aspecto físico siempre he sido un poco desastre, y con la edad eso va claramente a peor.
Y por último, y sin ganas de ser cenizo, ¿cómo te enfrentas al decaimiento físico y envejecimiento que trae la edad? ¿Piensas en la muerte?
Siempre he pensado en la muerte, y mi idea ha ido cambiando con el tiempo. La muerte propia me asusta ahora menos que antes, aunque comprendo que morirse es un fastidio y los que se quedan tienen que tratar con tus mierdas (posesiones materiales, papeleo, etc.) La idea de la muerte de las personas cercanas sí que me afecta mucho. Lo que me aterra es la decadencia física y mental: perder la vista me horrorizaría, el oído, la movilidad, la memoria, la capacidad de razonar… Nunca he tenido una gran forma física, no me cuido nada, como fatal, nunca he hecho deporte. Mi padre se cuidaba mucho más que yo y murió con cuatro años más de los que tengo yo ahora. No te creas que no lo pienso.
 


Uri Amat (Barcelona, 1973)

ull_URILleva pisando estos campos del Señor desde hace más de 40 años. Su larga “militancia” en el underground empieza en su pre-adolescencia, cuando empieza a editar fanzines con su hermano mayor bajo los nombres más estrafalarios: Rowed Out!, Hangover y La Escuela Moderna son algunos de ellos. También ha estado implicado en otras publicaciones en las que, incomprensiblemente, le han dejado colaborar: la revista de tendencias AB, el fanzine Absolut de BCore y su posterior encarnación digital o el blog Gent Normal, entre otros. Nunca le han pagado ni un céntimo por ninguno de sus artículos o entrevistas. Pero como decimos en catalán: “ací caic, allà m’alço”.

Actualmente se dedica, cuando sus retoños se lo permiten, a ir a trabajar en bicicleta, visitar bibliotecas y beber en bares de viejos. Éstas (bicis, bares y bibliotecas) son las tres “B” básicas de la ciudad utópica fourierista en la que ingenuamente cree vivir hoy en día, mientras a su alrededor todo se derrumba.

Compartir con un amigo

Más
Articulos
Suscríbete a nuestra newsletter​
¡Regístrate para recibir correos de BCore y serás el primero de enterarte de nuestras novedades y actividades!
 

Busqueda Avanzada​

Por favor espere mientras buscamos en la base de datos. Gracias…​

This search form (with id 3) does not exist!