Pasó por esa formación hardcore en multinacional llamada Orange 9 mm., se le llena la boca hablando de Sick of It All o Quicksand, se deshace en elogios al hablar de guitarristas como Reeves Gabrels, pero le resulta difícil enfrentarse en solitario a una entrevista con Helmet como tema principal. De hecho, Chris Traynor apenas lleva medio año militando junto a Page Hamilton, Henry Bogdan y John Stanier. Sustituye a Rob Echeverría -ahora en Helmet- como este sustituyó en su momento al fugado Peter Mengede –búscale al frente de Handsome-. Lo admite, se disculpa y comenta apresuradamente que hará lo posible por contestar a nuestras preguntas. Obviamente, nos vemos obligados a dejar a un lado un buen puñado de cuestiones que, con toda seguridad, no le pretendían. A Aftertaste (1997) nos ceñiremos, no por su participación -que no la hay-, sino tanto por lo reciente como por lo mucho que Traynor parece haberse concentrado en su nuevo trabajo.

Pese a no haber participado en la grabación de Aftertaste (1997) perteneces plenamente a la nueva formación de Helmet. Se supone que esto te permitirá saber cómo está funcionando el álbum en estos momentos…

Por supuesto. Está funcionando incluso mejor de lo esperado. Lleva muy poco tiempo en el mercado, pero también es cierto que Helmet no publicaban nada desde hacía un par de años. La gente estaba esperando noticias del grupo y esto se ha notado desde el primer momento. Las ventas van bien tanto en Europa como en Estados Unidos. Ya no ocurre como en los tiempos de Meantime (1992). Por entonces, Helmet vendían muchísimo más en Europa que en su propio país. Ahora Helmet son un grupo de actualidad y eso nos ha favorecido muchísimo. Con solo dos meses en el mercado, ha conseguido más que alguno de los álbumes anteriores en todo un año.

Helmet no son una banda como Led Zeppelin; ellos siempre diversificaban su repertorio entre infinidad de estilos y adaptaban sus posibilidades a géneros muy distintos entre si. Es positivo, no voy a negarlo; permite que puedas sonar en la radio sin dificultades, pero Helmet no somos así.

¿Qué opinas del retorno de Helmet a su estilo más directo, a las estructuras más primitivas de los tiempos de Meantime, después de experimentar en Betty (1994)?

El caso de “Betty” es curioso. Yo no estaba en la banda, pero era un grupo que me interesaba mucho. Ahora puedo ver las cosas de dos modos distintos y por eso estoy convencido de que ese disco fue algo así como Helmet intentando trabajar más allá de los límites que tenía establecidos, más jazzy, más experimental, más variado. Si no acabó de convencer a mucha gente, seguramente fue a causa de esa dispersión. Aftertaste es distinto. Helmet tenemos claro cual es nuestro estilo, nuestra forma de trabajar, nuestras estructuras.

¿Entonces, crees que es positivo el hecho de que una banda, después de intentar abrir sus horizontes, vuelva al punto de partida consciente de que es lo que mejor sabe hacer?

Eso es algo que facilita mucho las cosas, cuando tienes realmente en la cabeza como quieres sonar, cuando conoces realmente tu forma de interpretar. Helmet no son una banda como Led Zeppelin; ellos siempre diversificaban su repertorio entre infinidad de estilos y adaptaban sus posibilidades a géneros muy distintos entre si. Es positivo, no voy a negarlo; permite que puedas sonar en la radio sin dificultades, pero Helmet no somos así. En este disco se ha optado por volver a los auténticos Helmet, a los más pesados. Es un álbum hecho a nuestra medida, confeccionado de una forma global, mientras que el anterior funcionaba más como un montón de buenos riffs, muy diferentes entre si, que se reunieron en un álbum demasiado variado para lo que estamos acostumbrados. Ahora tenemos grandes canciones, grandes textos. Las partes vocales y las letras tienen tanto valor como cualquiera de esos riffs y eso es algo que hemos empezado a tener más presente que nunca.

Todos escuchamos música de todo tipo, tocamos distintos estilos al margen de la banda, con los amigos, dónde sea. Eso es algo que nos enriquece como músicos, especialmente a Page; lo que ocurre es que a la hora de componer para Helmet tenemos claro cual es el tipo de energía que funcionará cuando estemos los cuatro juntos.

¿Y no temes que el usar unas estructuras tan compactas llegue a limitar vuestra forma de componer en un futuro próximo?

Es difícil llegar a plantearse de antemano si las limitaciones de unas estructuras como las de Helmet pueden frenar parte de nuestra creatividad. Lo que está claro es que somos como somos, sabemos perfectamente cual seria la definición perfecta de nuestra música y lo que podamos o no llegar a experimentar depende de hacia dónde pretendamos evolucionar. Podríamos sonar más funkies, más hard, depende. Sabes, creo que esa limitación de la que estás hablando no es algo que se dé en la mayoría de las canciones. Cuando Page compone, lo hace de un modo espontáneo, él conoce estilos de música muy variados, desde el ¡azz hasta el hardcore y eso es algo que abre su abanico de posibilidades. Todos escuchamos música de todo tipo, tocamos distintos estilos al margen de la banda, con los amigos, dónde sea. Eso es algo que nos enriquece como músicos, especialmente a Page; lo que ocurre es que a la hora de componer para Helmet tenemos claro cual es el tipo de energía que funcionará cuando estemos los cuatro juntos.

¿Cómo ves a Helmet dentro del actual panorama, no ya hardcore, sino a nivel general dentro de los Estados Unidos?

Cuando Helmet aparecieron la gente solamente quería oír hablar de esas bandas de “cock rock” que estaban tan de moda, no se preocupaba de ir más allá y descubrir a gente que estaba haciendo algo nuevo. Bon Jovi y todos esos vendían millones de discos. Pero cuando Meantime apareció acabó viéndose arrastrado por la explosión que ocasionó Nevermind y todas esas bandas de rock alternativo que, de pronto, se dieron a conocer a lo largo y ancho del planeta. Después llegó Rage Against the Machine y ahora empezamos a vivir esa eclosión del techno que parece estar cambiando la escena internacional. Mientras Helmet sigue ahí, ofreciendo lo meior que puede ofrecer. Tenemos suerte de vivir en esta época y que exista gente que sea capaz de apreciar lo que estamos creando. No conseguiremos ventas impresionantes, ni un éxito masivo, pero eso tampoco es lo que queremos. Puedo asegurártelo. Si así fuese, dudo que Helmet sonase tal y como les conocemos hoy en día. Somos músicos, tocamos y encima hay gente a la que interesa nuestro trabajo. Eso es lo mejor del asunto, lo que te hace continuar en un mundo tan difícil como el del rock.

Nuestra imagen no es algo premeditado, no nos preocupamos en seguir unas reglas determinadas y mucho menos en utilizarla de un modo en el que pueda favorecernos de cara a la prensa especializada. Se trata sencillamente vestir la misma ropa que llevamos cuando no estamos actuando.

Nos habéis visitado teloneando a Marilyn Manson, una banda para la que la imagen resulta a todas luces fundamental. ¿Es también la vuestra una imagen premeditada, una no-imagen que os acerque al hardcore y, de paso, os aporte una pequeña dosis de credibilidad?

Nuestra imagen no es algo premeditado, no nos preocupamos en seguir unas reglas determinadas y mucho menos en utilizarla de un modo en el que pueda favorecernos de cara a la prensa especializada. Se trata sencillamente vestir la misma ropa que llevamos cuando no estamos actuando. En Orange 9 mm. Nos preocupábamos algo más por la imagen, pero ni aún así nos mostrábamos distintos en escena de cómo éramos en la calle. No somos artistas de variedades, somos músicos. Hay bandas que son puro espectáculo y otras que son únicamente músicos, algunas incluso combinan las dos facetas. En Helmet somos ante todo músicos. Pretendo ser yo mismo y mi imagen debe andar en consonancia con ello, no me preocupa lo que la gente pueda opinar al respecto. En resumen, no buscamos una imagen determinada, sino que somos tal y como la gente nos ve, ni más ni menos. .

¿Y qué hace una banda como Helmet editando en Epitaph la edición vinilo de Aftertaste?

Es cierto que Aftertaste ha aparecido en los Estados Unidos en Epitaph, pero, como bien dices, únicamente la versión en vinilo. Es algo muy corriente en nuestro país. El vinilo es un soporte muy underground que, en estos momentos, sólo llega a un público muy determinado. Se trata de un circuito cerrado, de escenas muy pequeñas que tienen al vinilo entre sus preferencias. Por ejemplo, la escena hardcore siempre continuará comprando siete pulgadas, aunque cada vez sea más caro fabricarlos. Es un soporte que gusta y que permite a muchas bandas ofrecer su música sin demasiados gastos añadidos. La edición de Aftertaste llegará solo a coleccionistas de vinilo, lo sabemos, pero era una buena idea. Continuar como en los tiempos de Amphetamine Reptile. Sé que en Europa no es una cosa tan extraña, pero te aseguro que en los Estados Unidos cada vez resulta más raro encontrar obras en vinilo.

No te preocupes, andamos avisados.
Extraído de AbsolutZine número 2 de 1997.

Joan S. Luna (Barcelona) 

Se inició en la revista underground con Metali-K.O. y a mediados de los 90 ocupó el puesto de jefe de redacción en MondoSonoro. Colabora también en diversos medios y periódicos como El País o El Mundo. Su primer libro fue “Los colores del underground” i ha participado también en la obra colectiva “Teen Spirit: de viaje por el pop independiente”. Suele ejercer con regularidad tanto de pinchadiscos como de remixer. Recientemente ha publicado su segundo single, “Two Sides”, con remezclas de artistas como The Suicide Of Western Culture, Kvinz, Strand o el ruso Ruslan Slatin.

“He escrito y escribo en diversas publicaciones, pero me siento especialmente orgulloso de haber colaborado de vez en cuando con Absolutzine. ¿El motivo? La pasión total que demostraba cada uno de sus números por la música sobre la que todos los implicados escribían. En realidad, echo en falta fanzines hechos con tan buena mano y dedicados al hardcore…”